Haití necesita con urgencia llevar semillas y agua al campo tras el terremoto del pasado 12 de enero, que asoló la capital, Puerto Príncipe, pero también creó serios problemas a la agricultura, sector que genera el 60 por ciento del empleo nacional. EFE
Así lo explicó en una entrevista con Efe el consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Javier Escobedo, quien advirtió sobre la «presión alimentaria» que generará el éxodo de desplazados desde la capital al interior, cifrado en unas 256.000 personas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La FAO ha dispuesto ya la importación de 500 toneladas de semillas de alubias y 200 toneladas de maíz para relanzar la agricultura, que representa el 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) haitiano.
Escobedo destacó que esta organización apoya el plan del Gobierno haitiano que cifra en unos 500 millones de dólares el presupuesto necesario para la recuperación de la agricultura y estimó que serán necesarios unos 25 millones para comenzar las acciones.
El experto peruano ha visitado durante los últimos días las áreas rurales más afectadas por el terremoto y ha podido constatar que en las montañas de Kenscoff, un área productora de hortalizas próxima a la capital, los comerciantes han puesto las cosechas a la venta, pero «las semillas no llegan».
«Son necesarias intervenciones muy rápidas para proveer semillas y que la gente pueda producir hasta que se restablezca el circuito comercial» en esta zona, donde se ha registrado un aumento de los precios de las hortalizas del 50 por ciento, dijo.
Otras zonas próximas al epicentro del terremoto, que comprenden municipios al sur de la capital como Gressier, Grand Goave, Jacmel y Leogane, han sufrido daños en los canales de riego, en muchos tramos obstruidos por escombros, lo que dificulta la llegada del agua al campo.
En esta área, donde se registran daños en el 80 por ciento del hábitat rural, la FAO trabaja en una intervención rápida para conseguir que el agua llegue a los cultivos de maíz y habichuelas, entre otros, y salvar las cosechas que se esperan para febrero y marzo.
El consultor destacó el «coraje» de los agricultores haitianos que han reaccionado con prontitud tras la tragedia del 12 de enero, en especial las mujeres.
«Muchos perdieron hasta las herramientas, pero han trabajado con lo que tenían a su alcance, hasta con sus propias manos. Han visto que no podían quedarse quietos porque tienen que comer», explicó.
La FAO ha solicitado ya 10.000 equipos de herramientas para su distribución entre los agricultores, aunque también existen problemas para conseguirlas con rapidez por la falta de existencias en la República Dominicana.
En las proximidades de Jacmel no se detectan problemas en los circuitos de irrigación y se aprecia comercialización de guineos, aunque los precios han aumentado entre el 20 y el 50 por ciento, mientras que en el cercano Fond d’Oie, hay grietas en el terreno y se necesitan semillas, fertilizantes y herramientas para reactivar la producción.
Escobedo advirtió sobre el problema que puede representar el flujo de desplazados al interior, ya que se trata de consumidores no productores, y será necesario, consideró, crear mano de obra no agrícola, pues no hay tierra disponible, por lo que la FAO estudia desarrollar programas de empleo en tareas de conservación, limpieza de canales y medio ambiente.
También se estudia la implantación de un programa de agricultura urbana que, «basado en el cultivo de hortalizas en cajas permitiría a las personas afectadas alimentarse y, a la vez, les serviría como terapia», señaló.
El conjunto de la cuenca de Jacmel es una zona vulnerable donde las hendiduras del terreno causadas por el seísmo favorecerán la filtración de agua cuando comiencen las lluvias, a partir de marzo o abril, lo que generará riesgo de deslizamientos.
En esa zona «es necesario poner en marcha un programa a largo plazo, de unos diez años, de recuperación de la cuenca, lo que también permitiría generar empleo», apostilló.
La FAO considera también necesario disponer de una reserva estratégica de semillas y poner en marcha programas de microcréditos para restablecer el flujo comercial agrícola, en la actualidad afectado por la falta de liquidez, apostilló Escobedo.
Precisamente, hoy la FAO anunció mediante un comunicado difundido desde Roma que ha pedido a los países donantes que contribuyan a un plan de inversión de 700 millones de dólares para ayudar al sector agrícola de Haití, muy afectado tras el terremoto y de vital importancia para el futuro de la población.
Via: Hoy Digital