Entre 2011 y 2018 se han eliminado en Camerún más de 10.000 hectáreas de selvas tropicales para plantar monocultivos de árbol de caucho, ha denunciado la organización ecologista Greenpeace, que ha reclamado que se ponga fin a la deforestación en el país.
Greenpeace acusa a la compañía singapuresa Halcyon Agri y a su filial en Camerún, Sudcam, de ser responsables de la “más devastadora deforestación para la agricultura industrial en la cuenca del Congo”, según un informe publicado este martes.
Zona Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
“En los últimos meses, la tala se ha acelerado, alcanzando una tasa de cerca de diez campos de fútbol cada día”, compara Greenpeace.
La preocupación de la organización no se limita a temas medioambientales sino que también busca proteger a las comunidades forestales que viven en la zona de la reserva de fauna de Dja, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1987.
Algunas de estas comunidades se han visto obligadas a abandonar sus hogares “sin una compensación adecuada”, indicó la jefa del proyecto de Greenpeace África para la cuenca del Congo, Victorine Che Thoener.
Actuación de la filial local
La organización también denuncia que Sudcam está participada en un 20 % por un “miembro influyente” de la élite política camerunesa y, aunque asegura no saber de quién se trata, añade que la plantación de caucho se sitúa cerca de una mansión propiedad del presidente, Paul Biya, en el cargo desde 1982.
El dossier también asegura que la actuación de Sudcam ha causado “frustración y protestas”, respondidas con “intimidación reaccionaria” por las autoridades locales, que habrían amenazado a los manifestantes con considerarlos terroristas.
Entre los clientes de Halcyon Agri, recuerda Greenpeace, destacan compañías conocidas internacionalmente como Michelin, Bridgestone, Continental, Coopetires o Goodyear.
La pluviselva de la reserva de fauna de Dja es hogar de varias especies en peligro de extinción, como el gorila de montaña, el elefante africano de bosque o el pangolín gigante.
EFEverde