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Este año comenzó con una alerta de los pobladores de Constanza en torno al uso de las montañas para las siembras y la enajenación del patrimonio agua que es natural de todos los dominicanos, sin que se hayan producido cambios en torno al tema.
Por el contrario, el presidente de la Confederación de Productores Agropecuarios-CONFENAGRO- doctor Eric Rivero, alertó que el problema no es solo en el valle de Constanza y Valle Nuevo, que es una zona protegida, sino que es un asunto de mayor envergadura que implica a toda la cordillera central.
La Cordillera Central es el conjunto montañoso más importante de la isla porque en él no solo nacen los ríos de este lado, nace también el más importante de Haití. Cuando hablamos del tema del agua debemos hacerlo en conjunto, es decir cerca de 22 millones de personas necesitan del agua cuyo origen principal es la Cordillera Central.
Imaginemos cómo sería de la vida de este conglomerado sin el Yaque del Norte, el Yaque del Sur, el Yuna, Camú, Jimenoa, Guayubín, Gurabo, Amina y el Artibonito, solo para citar los más relevantes que nacen en la cordillera.
El agua, que es un bien finito en el planeta, es el principal alimento para los seres vivos, es un bien amenazado en el mundo y por lo que han reseñado los medios de comunicación es un recurso terriblemente amenazado en nuestro país.
Por lo visto, la Cordillera Central debe tener un cuidado especial. No hacemos nada con tener tecnología de punta y todos los bienes que hemos logrado en el desarrollo del país, si no garantizamos el insumo primordial para la preservación de la vida.
Por la denuncia de Rivero, quien propone que se apruebe una ley de agua, entiendo que debe haber una decisión responsable y seria para que el patrimonio de todos no sea enajenado y en cambio se detenga todo el daño que ha sufrido la cordillera. La acción de todos los ciudadanos, más la voluntad política del gobierno debe volcarse a salvar la cordillera y las aguas que de ella emanan como un bien para preservar la vida y legarle a las futuras generaciones una distribución justa y correcta de ese recurso.
Debemos trabajar en la difusión del proyecto de ley de agua, que haya una discusión amplia, que se hagan consultas con toda la población para que sea una ley consensuada no solo con los políticos que nos representan en el Congreso, sino con todos los sectores que serán afectados por la misma, principalmente los ciudadanos, sobre todo aquellos de ese porcentaje alto que todavía no recibe agua en sus hogares.
Por ALTAGRACIA PAULINO
