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En muy pocos hogares de la República Dominicana existen zafacones diferenciados por el tipo de basura que allí se deposita. La cáscara de guineo, la gaza manchada de sangre, el espejo roto y los cuadernos viejos de los “pequeños” de la casa van a parar al mismo cesto o funda de basura.
Pese a que en los últimos cuatros años se vienen desarrollando programas orientados a la recolección desde la fuente, consistentes en la separación de la basura en cada hogar, institución o empresa, el país todavía está muy lejos de que la ciudadanía asuma ese modelo de manejo de los residuos sólidos.
Son más de 11,000 toneladas de basura que llegan a diario a los vertederos y puntos de trasferencia distribuidos en todo el territorio nacional sin ningún tipo de tratamiento, lo que hace más difícil y riesgoso el trabajo del personal que se gana la vida recolectando basura.
Sólo en el Gran Santo Domingo se generan 4,000 toneladas de basura a diario, de las cuales casi el 50% corresponde al Distrito Nacional. La experiencia enseña que el manejo inadecuado de los residuos sólidos ha sido un factor clave en el origen y propagación de distintas enfermedades que afectan a la población.
Existen dos instituciones que desempeñan un papel fundamental en el tema.
El Ministerio de Medio Ambiente es el órgano regulador en materia medioambiental y gestión de los residuos sólidos, mientras que en las alcaldías recae la responsabilidad de gestión de los desechos, la prestación de los servicios públicos correspondientes y la calidad ambiental en la demarcación competente.
Ley de residuos sólidos
En tanto, en el Congreso Nacional descansa el proyecto de Ley de Residuo Sólido, que promete hacer mucho más eficiente, e incluso rentable, la gestión.
La iniciativa establece un compromiso compartido, y define la gestión integral de los residuos como una responsabilidad de todos los ciudadanos que requiere la participación conjunta, coordinada y diferenciada de todos los generadores, importadores, distribuidores, consumidores, y gestores de residuos, tanto públicos como privados.
Establece, también, el manejo adecuado de los residuos desde su generación hasta su reaprovechamiento o disposición final, con criterios de prevención, minimización, ecoeficiencia, y gestión de riesgos en cada una de ellas.
Indica, además, que la disposición final de residuos, entiéndase la basura que llega a vertederos, se limita sólo a aquellas cuya valorización y tratamiento no sea económicamente viable, tecnológicamente factible o ambientalmente adecuada. Otra de las disposiciones consiste en que los productores o importadores tengan la responsabilidad del producto durante todo el ciclo de vida de este, incluyendo las fases post-industrial y post-consumo.
La política de gestión de residuos se compone de tres ejes fundamentales: la reducción, reutilización y reciclaje.
Recolección diferenciada
Tanto el director de Aseo Urbano del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), Oscar García, como la Coordinadora Técnica de Residuos Sólidos de Medio Ambiente, Maribel Chalas, abogan por la recolección diferenciada. García opina que debe existir una estructura para brindar un servicio de recolección diferenciado y un mercado local para que estos residuos no lleguen a los vertederos.
Admite que un proyecto de separación diferenciada resultaría costoso para las alcaldías, ya que no se pueden utilizar los mismos equipos para el servicio ordinario y el de separación desde la fuente.
Desde hace cuatro años, la alcaldía capitaleña ejecuta en la Zona Colonial un proyecto piloto de separación en la fuente, el cual cuenta con el apoyo de la Cooperación Europea, y es paralelo al servicio de recolección ordinario.
Hoy en día la Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental, junto a las alcaldías de Santo Domingo Este, Samaná y San Pedro de Macorís, llevan cabo el “Proyecto de Separación en la Fuente y Recolección Selectiva con Inclusión de Recicladores Formalizados”. En el país, la gestión de residuos continúa siendo un reto a superar.
Impulso de gestión se produce en 2012
La coordinadora técnica de Residuos Sólidos de Medio Ambiente, Maribel Chalas, explica que la relevancia del reciclaje consiste en dejar de ver los residuos sólidos como desechos y tratarlos como recursos valiosos. Puso como ejemplo las botellas plásticas, fabricadas con componentes derivados del petróleo, recurso agotable de la naturaleza: “Hemos estado explotando esos recursos naturales para producir bienes que se usan y se botan”. Lamentó que sea así, ya que hay oportunidad de recuperar esos residuos para integrarlo a un nuevo proceso productivo. A la pregunta ¿desde cuándo se asumió el tratamiento de la basura como una prioridad?, respondió que “el mayor impulso se dio en los años 2012 y 2014, cuando se creó la Política Integral de Residuos Sólidos Municipales”.
