La COP23 concluyó a altas horas de la madrugada el sábado 18 de noviembre con la aprobación de un documento en el que los países se comprometen a evaluar sus emisiones de CO2 en el año 2018.
La cumbre del clima concluyó con la aprobación de un documento en el que los países se comprometen a evaluar sus emisiones de CO2 en el año 2018. El primer ministro de Fiji, Frank Bainimarama, presidente de la COP23, consideró que el texto aprobado en la cumbre es «un paso adelante para avanzar en la puesta en marcha del pacto alcanzado en 2015, si bien hay que ir más rápido en su implementación».
Las conversaciones siguieron hasta altas horas de la madrugada en Bonn, después de momentos de parálisis en los que varios países trataron de modificar algunos de los puntos del Acuerdo de París.
La cuestión de la financiación también retrasó la adopción del acuerdo. Los países en desarrollo exigían a los más desarrollados que dieran las cifras de sus aportes con dos años de antelación para así poder conocer con qué fondos contaban. La posible salida de Estados Unidos, uno de los mayores donantes, creó un clima de incertidumbre entre los países en vías de desarrollo que querían un compromiso del resto de países para asegurar los fondos prometidos.
Durante los próximos meses habrá reuniones y charlas en las que se definirán los bocetos finales para la implementación del Acuerdo de París y que se entregarán para su aprobación final en la conferencia de Polonia en diciembre de 2018. Según Jan Szysko, que será el presidente de la COP24 en Katowice “no se puede seguir retrasando la plena implementación del Acuerdo de París. Hay que construir una coalición comprometida y asegurarse de que el mayor número de iniciativas sean reconocidas y apoyadas.”
Con EFE y Reuters