Dos factores inciden en el colapso de puentes durante los períodos de lluvia: la elección de un tipo de diseño de poco costo pero menos resistente a largo plazo y la extracción de materiales de construcción de los ríos que, al socavarlos, cambia su régimen de escorrentía, se ensanchan sus cauces y cuando se producen las inundaciones se deterioran las pilas y los aproches de esas infraestructuras.
La explicación la ofreció el ingeniero Héctor O’Reilly, miembro del consejo directivo de la Sociedad Dominicana de Ingeniería Sísmica (Sodosísmica), quien al dar el dato destacó que las fallas que han presentado algunas de esas obras no se debe a que los ingenieros dominicanos no tienen la capacidad de hacer trabajos de calidad.
Durante el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio se le citó al experto el caso del puente sobre el río Nizao, que se desplomó durante el paso de la tormenta Isaac, en agosto pasado, pese a que había sido reconstruido en dos ocasiones por circunstancias similares.
Su análisis se enfocó más en los daños que provocan la extracción de agregados para la construcción, por lo que planteó que las autoridades deben regularla y canalizar los cauces donde hay puentes colocados.
El ingeniero Romeo Llinás, miembro de la referida entidad, argumentó que la extracción de agregados en los ríos y en las terrazas fluviales ha contribuido, y está contribuyendo, con que haya un desequilibrio en el flujo de las corrientes superficiales y que los niveles de erosión se incrementen de manera significativa.
“Cuando de un río se sacan materiales se genera un cambio en los tramos de donde se extraen y sucede que se desarrolla lo que se conoce como erosión remontante.
“Por ejemplo, en los últimos años el río Nizao ha sido una fuente importante de producción y extracción de arenas y gravas para el país y la erosión remontante se ha extendido hacia aguas arriba como consecuencia del desequilibrio del canal del flujo del río, lo que ya afecta las partes inferiores de la represa de Las Barías, que está a muchísimos kilómetros de distancia de ésta”, señaló.
Sobre ese aspecto Llinás explicó que, desde la década de 1990, se plantea que se deben cambiar las políticas de extracción de materiales de construcción de los ríos porque en los ríos no se deben hacer extracciones en los cauces ni en las terrazas pluviales, sino solamente hacia las zonas de las desembocaduras.
Con eso se lograría, dijo, la salida de los sedimentos al mar y no se generaría el represamiento que también contribuye a problemas en el manejo geológico de las fuentes fluviales.
“Es importante que la Dirección de Minería, y el Ministerio de Medio Ambiente, entiendan que debe tratarse de armonizar institucionalmente y ver la manera de que la producción de agregados de arena se haga a través de rocas, para evitar los problemas en la erosión y el deterioro de los puentes”.
Cuestionamientos. El ingeniero Leonardo Reyes Madera, presidente de Sodosísmica, se refirió al tema desde la perspectiva de la ética profesional.
Independientemente de todo lo que se ha dicho aquí hay una realidad y es que se están cayendo los puentes, dijo al preguntarse si “¿no somos capaces los ingenieros dominicanos de reconsiderar los diseños, las nuevas condiciones de los sitios donde se van a construir ese tipo de infraestructuras?
“¿Por qué tenemos que hacer lo mismo siempre? No podemos seguir echándole la culpa al huracán que está por venir, en eso tenemos la vida entera y no hacemos nada, de manera que eso no puede continuar así”.
Reyes Madera enfatizó que no se deben seguir construyendo escuelas con los mismos diseños estructurales, o que se tengan que invertir cuantiosas sumas reforzando esas estructuras, si ya el país cuenta con un Código Sismoresistente.
“Entonces, nuestra clase profesional o respeta la vida y nuestro trabajo, o dediquémonos a otra cosa, porque no merecemos estar ahí. Es tan simple como eso, a mí no me gustan las medias tintas, por lo que hay que decir las cosas como son y eso es así”, refirió.
El experto expresó además que del tema no debe quedar ausente la supervisión que debe ejercer el Ministerio de Obras Públicas, garantizando que lo que dice el plano es lo que se está ejecutando.
Sin embargo, dijo que el organismo oficial no cuenta con la cantidad de personal profesional para inspeccionar rigurosamente cada obra que se levanta.
Al llegar a ese punto citó una tesis de grado -cuyo autor no especificó pero que reposa en los archivos de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu)-, que establece que el 77% de los edificios construidos en el 2006 en el Naco, en el Distrito Nacional, no tenían licencia de construcción.
El estudio, de acuerdo con Reyes Madera, también especificaba que al 85% de esos edificios, con una evaluación de vulnerabilidad visual rápida, había que hacerle una evaluación profunda.
“Nosotros como ingenieros sísmicos le decimos a Obras Públicas que incremente la supervisión privada y que cada proyecto pague su supervisión, y esos son centavos con relación a la calidad de la obra”.
Llinás planteó que, en ese sentido, se aborde el tema de la responsabilidad civil de los ingenieros a través de un mecanismo jurídico que funja como sistema de consecuencias.
Las claves
1. Responsabilidad civil
Romeo Llinás planteó que en el país debe crearse un sistema de consecuencias para los profesionales de la ingeniería que no cumplan con el rigor que ameritan las construcciones que realizan.
2. O trabajan bien…
Leonardo Reyes Madera entiende que los ingenieros dominicanos deben asumir actitudes éticas porque no puede ser que se desplomen puentes por las mismas razones de siempre.
Por: Leonora Ramírez
Hoy