Los conflictos postelectorales no pueden impedir que se ponga atención al lanzamiento en los primeros días de junio de la Estrategia Nacional de Saneamiento, que se inscribe en la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, impulsada por el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados y la Cooperación Española con financiamiento del Fondo Mundial del Agua y una contrapartida estatal.
El diseño de esta estrategia ha concernido también a la Comisión Nacional de Saneamiento y por sus alcances debería haber involucrado en alto grado al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Como ha tenido un costo económico modesto, no ha llamado suficientemente la atención.
La ingeniera química Rosa Abreu y la socióloga Yeni Cornelio, expertas en desarrollo y consultoras de la Cooperación Española en este proyecto, pidieron por Uno+Uno en Teleantillas la atención nacional, con la esperanza de que esta estrategia nazca con un poderoso apoyo de la opinión pública, donde no hay suficiente consciencia sobre las graves falencias ambientales que tiene el país, depredadoras de recursos naturales y generadoras de enfermedades.
Parten de los diagnósticos de la Encuesta Nacional de Salud. En el 2010, las enfermedades derivadas de los problemas ambientales, y de las aguas potables y residuales representaban el 52 por ciento de los casos entre las 20 primeras causas de consultas externas. En primer lugar las infecciones respiratorias agudas. En tercer lugar diarrea y gastroenteritis, y en décimo lugar enfermedades de la piel.
Esas enfermedades ocuparon el primero, segundo y cuarto lugar entre las primeras 14 causas de internamientos antes del 2013 . Las consecuencias son bien letales, ya que las enfermedades gastrointestinales son la tercera causa de muertes entre los infantes dominicanos.
En materia de saneamiento ambiental la República Dominicana acusa un enorme retraso, por ausencia de inversión y de sanciones, explotación irracional, corrupción e irresponsabilidad de las autoridades nacionales y municipales.
El proyecto de estrategia parte de diagnósticos espeluznantes: al menos 45 por ciento de las viviendas todavía carecen de agua potable en tubería interior. Menos del 20 por ciento tiene alcantarillado sanitario, y a su vez menos del 10 por ciento funciona. Todavía más del 20 por ciento de la población carece de letrina ni inodoro en su hogar. El 5 por ciento defeca al aire libre, hasta en zonas urbanas.
Más de la mitad de las plantas de tratamiento de agua están normalmente fuera de operación, por falta de recursos para reparaciones o sustituir equipos. Menos del 5 por ciento de las aguas residuales son tratadas antes de ser descargadas al medio ambiente, subsuelo, cañadas ríos y costas, impactando la vida de la población y constituyendo una amenaza para una de las primeras actividades económicas, como es el turismo. .
Pese a nuestra pregonada modernidad, la mayoría de los edificios de apartamentos que engalanan los barrios de clase media y alta tienen cisternas vecinas de los depósitos de los sanitarios, y nadie ha cuantificado qué proporción de los aceites quemados por vehículos y plantas eléctricas contaminan el subsuelo y las fuentes acuíferas, afectadas también por desechos industriales.
Aprestémonos a recibir la Estrategia Nacional de Saneamiento y luego a dar la batalla por su ejecución, que seguramente requerirá fuerte inversión pública y privada.