Las especies invasoras sumadas a los efectos del cambio climático podrían provocar la pérdida del 10 por ciento del Producto Interior Bruto de los países, según un informe científico publicado en Nagoya (Japón), donde se celebra la X Conferencia de las partes sobre biodiversidad biológica.
Así, el estudio, realizado por el Programa Mundial sobre Especies Invasoras (GISP) con el apoyo de sus miembros, CABI, UICN y TNC, y financiación del Banco Mundial, insta a los estados a «tomar medidas inmediatas contra ese dúo mortal».
Concretamente, el documento ‘Especies Invasoras, cambio climático y adaptación basada en los ecosistemas: cómo responder a los motores múltiples del cambio climático’ define los vínculos existentes entre las especies invasoras y el cambio climático y qué se debe hacer para «atenuar su impacto».
Además, estima que los perjuicios causados por las especies invasoras suponen más de 1.400 millones de dólares anuales, es decir el 5 por ciento de la economía mundial. Las pérdidas económicas causadas por el cambio climático mundial se calculan también en aproximadamente un 5 por ciento del PIB anual.
Asimismo pide a los gobiernos a integrar la prevención y el manejo de las especies invasoras en sus acciones de respuesta al cambio climático, ya que señala que, en el plano político, han sido tratada «esencialmente por separado».
En ese sentido, la directora ejecutiva del GISP, Sarah Simons, advierte de que «los peligros que plantea el dúo mortal no pueden ser sobre estimados», porque, a su juicio, cada motor constituye una gran amenaza para la biodiversidad y los medios de subsistencia humanos, pero los datos más recientes indican que el cambio climático agrava los efectos, de por sí devastadores, de las especies invasoras, creando una espiral de destrucción que tiene consecuencias cada vez más graves.
Por su parte, el director general adjunto de la UICN, Bill Jackson, ha destacado que el informe muestra que es preciso «profundizar más» por lo que hace a las interacciones entre el cambio climático y las especies invasoras. «Los costes económicos de la inacción serían de tal magnitud que ello por sí sólo debería incitar a los decisores políticos a tomar medidas urgentemente», ha advertido.
Igualmente, el director de políticas del GISP y principal autor del informe, Stas Burgiel, ha celebrado que «afortunadamente» ya se conocen «muchas medidas a tomar para contrarrestar la amenaza que plantean las especies invasoras a importantes servicios ecosistémicos, como el control de la erosión y el suministro de agua dulce».
«Los enfoques ecosistémicos no apuntan sólo a salvar los ecosistemas, sino más bien a utilizarlos para ayudar a «salvar» a los seres humanos y los recursos de que dependemos», ha apostillado.
El GISP insta a los delegados a la reunión del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, que se celebra actualmente en Nagoya, Japón, a tener en cuenta la acción combinada del «dúo mortal» como motor del cambio planetario.
El GISP es una alianza internacional sin fines de lucro entre CABI, la UICN y The Nature Conservancy, con el objeto de responder a la amenaza mundial que plantean las especies invasoras a través de tres grandes objetivos: asesoría política, desarrollo de capacidades y concienciación.