El aumento de 1,2 grados en la temperatura media de los Pirineos durante los últimos 50 años hace prever que la cordillera pierda la mitad de su nieve antes de 2050 y, si no se actúa antes, incluso el 80 por ciento antes de finales de siglo.
Es una de las principales conclusiones que se ha dado a conocer hoy con motivo de la presentación del informe “El cambio climático en los Pirineos: impacto, vulnerabilidades y adaptación”, que han redactado más de 100 expertos procedentes de España, Francia y Andorra para el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático (OPCC).
El panorama es desalentador habida cuenta del aumento de temperatura media en la gran cordillera, que ha sido de 1,2 grados durante los últimos 50 años. La media mundial ha sido de 0,85 grados más, por lo que el calentamiento de los Pirineos viene a ser un 30 por ciento más acusado.
El coordinador del estudio, Juan Terrádez, ha señalado en el acto de presentación del informe que la mitad de los glaciares de los Pirineos han desaparecido y ha expresado sus dudas de que a finales de siglo “queden muchos glaciares” en la cordillera.
Ha destacado, además, la “escasez y variabilidad” de la disponibilidad hídrica como uno de los problemas socioeconómicos más importantes derivados del cambio climático en los Pirineos, ya que se reduce el agua disponible para la generación de energía hidroeléctrica y para los cultivos de secano, que se ven más afectados por las plagas.
Incremento de los riesgos naturales
Además, la mayor variabilidad del clima provoca unincremento de los riesgos naturales, como deslizamientos de tierras, desprendimientos, aludes, inundaciones e incendios forestales, así como episodios de sequía y lluvias torrenciales cada vez más intensos.
Terrádez también ha explicado que una de las consecuencias más relevantes para la fauna y flora de la región es “la falta de sincronía” entre especies que dependen las unas de las otras, como los insectos polinizadores y las plantas.
Los Pirineos “tienen fiebre”
La coordinadora del Observatorio, Idoia Arauzo, ha tildado de “grave” la situación actual en el Pirineo y ha reclamado una “actuación urgente” e “incorporar el cambio climático en las políticas“, porque “está sucediendo a una velocidad muy rápida”.
Los Pirineos tienen “fiebre” y “es un síntoma de que algo está pasando“, ha apuntado Arauzo, quien también ha detallado los diez desafíos del cambio climático en los Pirineos que se deducen del informe, entre ellos preparar a la población ante los extremos climáticos, reforzar la seguridad ante los riesgos naturales y acompañar a la población ante las sequías.
Asegurar la calidad de las aguas, mantener el atractivo turístico del Pirineo, enfrentarse a los cambios en la productividad y calidad de los cultivos, prever los cambios irreversibles en el paisaje y la posible pérdida de biodiversidad, adaptarse a los desequilibrios entre oferta y demanda energética y hacer frente a la propagación de plagas completan la lista de desafíos.
La coordinadora del OPCC ha insistido en “reducir las emisiones contaminantes” y “adaptarse” como formas de enfrentarse a este problema y ha recordado que el cambio climático es un “factor de estrés más” del territorio, como puede ser la despoblación o la falta de relevo generacional en el sector primario.
La presentación del informe ha tenido lugar un día antes de la reunión que hoy celebra en Zaragoza la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, foro que aglutina a las comunidades autónomas españolas y a los departamentos franceses a los que une la cordillera, así como a Andorra.