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Por: Rose Mary Santana
Un barco ruso que tenía como destino a la República Dominicana se encuentra desde hace un mes a la “deriva” muy cercano al norte del Océano Atlántico, según reportan varias agencias de prensa.
La embarcación zarpó el pasado 23 de enero de la isla canadiense de Terranova, ayudado por un remolcador y teniendo como destino a la nación caribeña, donde un comprador debería “desguazarlo” un proceso mediante el cual se corta el barco y su material es aprovechado por astilleros navales o acerías.
El “Lyubov Orlova” es un crucero ruso en ruinas, con bandera de la Isla de Cook, cuyos pasajeros únicos son las decenas de “ratas” y “alimañas” de toda índole que están en su interior. Quedó a la deriva cuando el cable del remolcador se rompió, luego de haber zarpado de Terranova.
Ahora lo han bautizado como el “barco fantasma del atlántico” y diversas instituciones ambientales están “angustiadas” por el daño que pueda producir este navío a la deriva, así como también el riesgo de que pueda causar un accidente marítimo de amplias proporciones, dado que la ruta que sigue es de “intenso movimiento marítimo y comercial”.
En Canadá sus autoridades “aun no sabían la localización del crucero”.El barco se encontró rápidamente en aguas internacionales, sin luces, según la asociación ecologista Robín de los Bosques, ni balizas de localización, según las autoridades canadienses.
JackyBonnemain, portavoz de la asociación ecologista se refirió al hecho y dijo que «deriva en alta mar y se encuentra en una especie de vacío y de monstruosidad jurídica».
La Convención Internacional de Salvaguarda en el Mar establece algunas medidas para barcos con pasajeros en estas condiciones, pero éste no es el caso del “Lyubov Orlova” por lo que no se sabría como enfrentar la situación altamente “contaminante” para las aguas del Atlántico y que además representa un “peligro potencial de accidente” para la navegación en la zona donde se encuentra a la deriva.
Vía: Acento
