Miles de manifestantes ecologistas intentaron impedir que el convoy que traslada residuos nucleares avanzara desde Francia hacia Alemania. Finalmente y bajo la supervisión de 30.000 agentes, logró cruzar el río Rhin.
El tren que traslada residuos nucleares y que es considerado como el más radiactivo de la historia por diversos grupos ecologistas, atravesó hoy la frontera entre Francia y Alemania al cruzar el río Rhin a través del puente Kehl, mientras centenares de militantes intentaban bloquear las vías.
Se trata de un convoy compuesto por 14 vagones y 308 contenedores con 123 toneladas de residuos nucleares vitrificados, que se traslada bajo la protección de miembros de las fuerzas especiales de la policía francesa que también ha desplegado un bote que patrulla por debajo del puente.
El itinerario debió ser modificado, ya que el plan inicial de cruzar la frontera por Lauterburgo, al noreste de Francia, se vio obstruido por los ecologistas que se encontraban del lado alemán de las vías.
Con ocasión del último transporte de residuos nucleares alemanes desde la planta de La Hague (noroeste de Francia), en noviembre de 2008, un tren idéntico fue bloqueado por militantes en la frontera durante 14 horas en Lauterburgo y las autoridades de Alemania desplegaron entonces 16.000 policías. Este fue el segundo cambio de itinerario con respecto al trayecto inicial que los ecologistas de Greenpeace y Salir de lo Nuclear creían que seguiría el tren, al que siguen paso a paso.
Al partir de Valognes (noroeste de Francia) en torno a las 14h20 del viernes, el tren se vio inmovilizado durante más de tres horas a pocos cientos de metros de la estación de Caen, cuando cuatro militantes ecologistas se encadenaron a las vías. Este incidente, el único en territorio francés, obligó a las autoridades a modificar el itinerario una primera vez anoche, según dio a conocer la asociación ecologista Salir de lo Nuclear.
En Estrasburgo la formación operó hoy una larga escala hacia el mediodía para cambiar las locomotoras y relevar a las fuerzas policiales francesas que viajan en el tren por alemanas.
El grupo francés Areva, que procesó los residuos de centrales nucleares alemanas en su planta de La Hague, en Normandía (noroeste de Francia), debe enviar los residuos a Gorleben (norte de Alemania).
En Alemania, en donde el debate sobre la energía nuclear volvió a surgir, los diputados adoptaron la semana pasada un proyecto de ley que alarga la vida útil de los reactores nucleares alemanes a pesar de que el país tenía planeado dejar de utilizar esta fuente de energía para 2020 y de la hostilidad de la opinión pública.
La organización Greenpeace cree que las autoridades movilizaron 30.000 policías en Alemania para garantizar que el tren llegue a destino sin percances.