Claudio Irish trabaja desde hace 28 años en la planta generadora de electricidad Itabo y el sargazo nunca había representado una amenaza para la producción de energía en este sistema a carbón. Hasta 2015 solo tenían problemas con la basura y las lilas, pero en mucho menor escala.
Claudio trabaja como superintendente de Operaciones y desde abril de 2015 trata de mitigar los efectos de la presencia de sargazo, un alga que penetra por la bocatoma de agua de mar que se utiliza en la generadora para el enfriamiento de sus dos unidades: Itabo 1 e Itabo 2.
El martes 17 de junio del presente año, una oleada de sargazo hizo que la generadora tuviera que apagar ambas unidades, que aportan al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) 128 megavatios por hora en la unidad 1 y 132 megavatios en la unidad 2.
Luego de una ardua labor de remoción de sargazo, a las 10:30 de la mañana del mismo día recuperaron el funcionamiento de la unidad 1 y pasadas las 5 de la tarde la unidad 2.
Ramón Then es gerente de Planta en la Empresa Generadora de Electricidad Haina (EGE Haina). Al igual que en Itabo, la planta generadora a carbón de esa compañía en Barahona utiliza agua de mar para el enfriamiento, aportando 45 megavatios al sistema.
Según explica a Diario Libre el ingeniero Then, desde finales de 2014 empezaron a sentir los efectos del sargazo en las instalaciones de EGE Haina, aumentando la frecuencia y volumen año con año.
A raíz de la amenaza, tuvieron que implementar diferentes medidas para poder impedir el ingreso de sargazo al sistema.
Tres generadoras térmicas en la línea de costa (EGE Haina Barahona, AES Itabo y AES Andrés) utilizan agua de mar para enfriar el sistema. El bloqueo del flujo continuo de agua por las bocatomas aumenta la presión en las turbinas por temperatura, obligando a sacar del sistema las unidades afectadas para evitar daños.
El sargazo se convierte en una especie de tapón, bloqueando o disminuyendo el flujo de agua, aunque las rejas y mallas tradicionales impiden que la mayor parte del sargazo penetre a los sistemas.
Al igual que estas plantas, la del proyecto gubernamental Punta Catalina, en Baní, que aún no inyecta energía de forma sostenida al sistema, también debe usar agua de mar para enfriar las unidades.
Una fuente comentó a Diario Libre que el sargazo también es una amenaza para Punta Catalina. Se intentó buscar una posición oficial al respecto sin éxito.
Según el Informe de Operación Real del 2017 del Organismo Coordinador del SENI, con la entrada formal de Punta Catalina, más del 50 % de la generación de energía en el país dependerá de termoeléctricas que utilizan agua de mar para enfriamiento de sus unidades.
En Barahona solo han tenido que detener el sistema una sola vez. En 2011, un barco de combustible en puerto, con las propelas empujó el sargazo a la bocatoma bloqueando el flujo de agua.
Las medidas tomadas hasta el momento han resuelto temporalmente la incidencia del sargazo. Aún así siguen experimentando con nuevas tecnologías para automatizar completamente la remoción del alga, para minimizar costos.
En el caso de Itabo, el problema es mucho más grave. A diferencia de la planta de Barahona, que se encuentra al fondo de una pequeña bahía, la cual sirve de barrera natural para frenar gran parte del sargazo, en San Cristóbal las corrientes y oleaje arrastran cantidades enormes de esta alga directamente a la bocatoma rápidamente.
En el siguiente gráfico se puede ver la cantidad se sargazo removido en Itabo desde 2015.
En el siguiente gráfico se puede ver la cantidad de megavatios perdidos por cada una de las dos unidades de Itabo desde 2015.
El precio de venta de la potencia y energía contratada a Itabo es de 8 centavos de dólar el kilovatio/hora, de acuerdo al contenido de los Contratos de Compraventa de Potencia y Energía Asociada de Largo Plazo, cuya firma fue aprobada el día siete de abril de 2017 por la Superintendencia de Electricidad (SIE), con una vigencia de siete años.
En el caso de Itabo, que aporta en promedio el 12 % de la energía al sistema interconectado, la salida de ambas unidades por un período de 24 horas puede representar pérdidas de aproximadamente medio millón de dólares por concepto de generación, pero que no necesariamente produzca un déficit en la demanda, a no ser que coincida con la salida de otras generadoras por mantenimiento u otros problemas.
A esto deben sumarse los gastos de operación para remover el sargazo.
Medidas que Itabo está adoptando para mitigar los efectos:
– Modificación del Sargator instalado en el 2015 para que sea más eficiente, por el aumento constante de la cantidad de sargazo.
– Instalación de una malla frente a la bocatoma y la playa para controlar la entrada de sargazos.
– Drones para monitoreo diario, con rango de 5 kilómetros, con reconocimiento visual.
– Suma de esfuerzos con otras instituciones que esté siendo afectadas por el sargazo.
– Desarrollo de investigaciones sobre los diferentes usos que puede tener el sargazo como materia prima y otros usos.
– Compra de un barco colector de sargazos.
La semana pasada la empresa francesa STMI, cuya sede se encuentra en la Isla de Guadalupe, visitó las instalaciones de AES Itabo para ofrecer un sistema de recolección de sargazo con un barco llamado Sargator.
Este barco es utilizado en Guadalupe para recoger el sargazo en el mar antes de que toque la costa.
Julio Botero, representante de STMI en el país, explicó a Diario Libre las características del Sargator.
Especificaciones del Sargator I:
– Largo con la banda de recolección: 14 metros
– Ancho con la banda de recolección: 3.10 metros
– Potencia motor: 150 caballos
– Carga máxima: 10 toneladas
– Material del casco: aluminio
– Recolección por hora: 6 a 15 toneladas
Tanto EGE Haina como AES Itabo están dispuestas a entregar el sargazo recolectado a cualquier empresa que quiera aprovechar el alga, que ya es utilizada con diferentes fines en la región.
Claudio Irish cree que es necesario que todos los sectores afectados por el sargazo unan esfuerzos para encontrar soluciones y mitigar los efectos del sargazo en el país.