El regreso de las tortugas gigantes

Avanza la histórica reintroducción de tortugas gigantes en la isla Pinta, donde no quedaba uno solo de los famosos quelonios que dieron su nombre al ecuatoriano archipiélago de Galápagos, según especialistas a cargo del proyecto.

“Las tortugas se han adaptado muy bien a su nuevo hábitat y se están moviendo en un radio aproximado de 1,5 kilómetros desde el sitio donde fueron liberadas”, aseguró el biólogo Washington Tapia, del Parque Nacional Galápagos (PNG), a cargo de la experiencia en Pinta, que tiene unos 60 kilómetros cuadrados.

El experto explicó, en entrevista vía correo electrónico con Tierramérica, que el grupo de estudiantes que trabaja en el lugar registra los movimientos de las tortugas, sus actividades, datos sobre las condiciones ambientales y los efectos que causan en la vegetación y el ecosistema en general.

Para ello realizan un seguimiento satelital (mediante el sistema de posicionamiento global, GPS) y por ondas radiales de muy alta frecuencia (VHF). También mantienen un blog, al que suben breves reportes de sus experiencias.

El Ministerio de Ambiente de Ecuador supervisa todo el plan.

La liberación de las tortugas fue manejada por un equipo de guardaparques, biólogos, herpetólogos, botánicos y veterinarios del PNG y del Zoológico de Houston y el College of Environmental Science and Forestry (Facultad de Ciencias Ambientales y Forestales de la Universidad del Estado de Nueva York), ambos en Estados Unidos.

Tapia recalcó que se trata de “un proyecto de largo plazo y alto costo, que comenzó 30 años atrás, cuando el PNG empezó a eliminar las cabras”. Sólo en los últimos dos años, con la selección y preparación de las tortugas para su liberación, “incluyendo la permanencia de los estudiantes en la isla hasta fines de julio”, su abastecimiento y logística, el costo “asciende aproximadamente a 350.000 dólares”, añadió.

Jorge, el solitario.  La particularidad de que las aves pinzones (Emberizidae) tuvieran picos diferentes y de que también las tortugas fueran distintas, dependiendo de la alimentación disponible en cada isla, hizo que en 1835, el joven Charles Darwin (1809-1882) empezara a barruntar, cuando visitó Galápagos, su teoría de la evolución de las especies por medio de la selección natural.

Estas tortugas difieren en la estructura y largo de cuello y patas y la forma de su caparazón.

Su cuerpo, a lo largo de miles de años, se ha adaptado, dependiendo de si consumen vegetación rastrera o deben recurrir a las ramas bajas de los cactus.

Cuando piratas y balleneros de los siglos XVIII y XIX empezaron a matarlas para extraer su aceite y llevárselas como reservas alimenticias, la supervivencia de algunas de estas subespecies se volvió crítica.

Tal fue la depredación que a comienzos del siglo XX no quedaban tortugas en Pinta, una de las islas inhabitadas más nororientales de Galápagos, el archipiélago ubicado en el océano Pacífico a casi 1.000 kilómetros de la costa. Según los biólogos, hace dos siglos había entre 5.000 y 10.000 ejemplares sólo en esa isla.

Para sorpresa de todos, en 1971 se descubrió en Pinta un ejemplar macho vivo, aunque en muy malas condiciones, pues las plantas que consumía eran exterminadas por las cabras, que se habían reproducido hasta 40.000 de sólo tres ejemplares dejados ilegalmente en 1951.

Zoom

Tiempo de restauración

La FCD empezó en 1965 la cría en cautiverio de subespecies de tortugas amenazadas y en los años 70 se unió al PNG para exterminar a los animales ajenos al lugar.

A través de cacerías terrestres y aéreas lo consiguieron con las cabras en casi todas las islas. En Pinta se terminó la tarea en 2003. “Los chivos salvajes son exterminados para que las islas Galápagos no mueran”, justificó Sylvia Harcourt-Carrasco.

Con sus hábitos alimenticios, los mamíferos y especies inofensivas, como cabras, burros, perros y gatos, amenazan el frágil ecosistema del archipiélago, declarado patrimonio natural de la humanidad en 1978 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Tras la erradicación de las cabras, la vegetación en Pinta se recuperó rápidamente. El paso siguiente, para una restauración completa y balanceada, era la presencia de las tortugas gigantes.

Se recurrió entonces a las especies híbridas que el PNG tiene en corrales, en algunos casos desde hace 40 años. En vez de seguir manteniéndolas en cautiverio por décadas –las galápagos pueden vivir más de 150 años– se decidió que 39 de ellas fueran las nuevas colonizadoras.

Los quelonios, transportados en un barco del PNG, llegaron a Pinta el 19 de mayo y fueron trasladados por guardaparques, que habían estado en cuarentena y usaban ropas esterilizadas, hacia una zona de mediana altura y tupida vegetación, donde éstos  fueron liberados.

Breves

HONDURAS

Arrecifes de coral protegidos por ley

TEGUCIGALPA,   (Tierramérica)  El Parlamento de Honduras aprobó una ley especial para preservar los arrecifes de coral en las paradisíacas Islas de la Bahía, en el Caribe, informó a Tierramérica el diputado Germán Leitzelar, del Partido Innovación y Unidad Social Demócrata.

La norma ya promulgada regula los mecanismos de protección y explotación de la biodiversidad que rodea las islas.

CARACAS

Una bicicleta a cambio de basura

CARACAS,   (Tierramérica)  La gobernación del norteño estado venezolano de Miranda, de unos 8.000 kilómetros cuadrados y que incluye el tercio este de Caracas, lanzó un programa de “Basura cero” en la escuela de Monagas, con el fin de que alumnos y maestros reciclen materiales plásticos, papales y vidrios. El millar de alumnos de la escuela participará en un concurso hasta el 14 de este mes, por el cual se entregará una bicicleta a quien acumule más botellas.

CHILE

Ecologistas en pie de guerra

SANTIAGO,  (Tierramérica)   Más de 70 organizaciones nacionales y extranjeras rechazaron, en una declaración pública, la proliferación de proyectos mineros de carbón a cielo abierto en Chile por sus nefastas consecuencias ambientales. Uno de ellos se ubicaría en la austral Isla Riesco, en la región de Magallanes. «Las intenciones de desarrollar grandes explotaciones de carbón en Chile han resurgido en los últimos años…”, dijo a Tierramérica Lucio Cuenca.

Llamado a Bill Gates: únase a la filantropía verde

“Bill, Melinda y Warren, ¿qué les parece si convencen a sus amigos de invertir en la productividad verde?”, plantea la economista Hazel Henderson en esta columna exclusiva

Hazel Henderson *

ST. AUGUSTINE, Estados Unidos, jul (Tierramérica). Aplaudo a Bill y Melinda Gates y al financista Warren Buffett por desafiar a otros multimillonarios para que donen, en el curso de sus vidas, la mitad o más de sus enormes fortunas a obras de caridad.

En mayo 2009, ellos le propusieron a David Rockefeller ser el anfitrión de una primera cena secreta con George Soros, Ted Turner, Oprah Winfrey, Michael Bloomberg, David Rockefeller Jr. y otros potentados, donde lanzaron la campaña.

El matrimonio Gates y Buffett ya están en el camino correcto, pues dirigen sus donaciones hacia África y países en desarrollo de otros continentes, así como a la educación.

Ellos pueden inducir a sus amigos potentados a ir más allá de financiar lujosos pabellones con sus nombres en universidades elitistas. Ese tipo de filantropía interesada está pasada de moda.

También está pasada de moda la expansión subsidiada de empresas vinculadas a los combustibles fósiles, del carbón al petróleo, pasando por las petroquímicas, el acero o la industria automotriz devoradora de gasolina, hasta la agricultura a escala industrial y las grandes farmacéuticas.

Bill Gates puede desentenderse del American Energy Innovation Council, que presiona al Congreso de Estados Unidos para obtener 16.000 millones de dólares de subsidios a la investigación en el “carbón limpio”.

Lo mejor que pueden hacer los filántropos es unir sus fuerzas con grupos progresistas para acelerar la transición hacia una Era Solar que aplique modelos de desarrollo humano basados en la potencialidad y la productividad de los sistemas naturales que, desde hace miles de millones de años, nos ofrece la naturaleza.

La Iniciativa por una Economía Verde, de varias agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sintoniza con los programas de la Fundación Gates, así como la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad, el instituto ZERI, fundado por el empresario Gunter Pauli, autor del libro “The Blue Economy”, y el Biomimicry Institute, de Janine Benyus.

¿Cómo conseguir las inversiones necesarias para impulsar esta gran transición hacia la Era Solar?

Bill y Melinda Gates pueden conducir a sus pares hacia las tecnologías innovadoras, que solo esperan recursos para concretar esa transición.

Ellos pueden conectarse con la Red para los Mercados Financieros Sustentables y con líderes en finanzas que están preparando el terreno: los Principios para la Inversión Responsable de la ONU (con 20 billones de dólares en activos), la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Certificadora de Estándares Ambientales Ceres (con tres billones de dólares) y el Institutional Investors Group on Climate Change (con ocho billones de dólares).

Desde enero de 2007, se han invertido o comprometido 1.248 millones de dólares en negocios de eficiencia energética, agricultura sostenible y energías limpias, así como en otras tecnologías que están desplazando las viejas empresas contaminadoras y a los financistas del pasado.

Este fascinante progreso suele ser ignorado por los principales medios de comunicación, todavía sostenidos por la publicidad de los sectores fosilizados de la sociedad.

Ethical Markets Media (http://www.ethicalmarkets.com) se dedica a promover la reforma de los mercados mundiales y el crecimiento de la economía verde.

Publicamos informes diarios sobre nuevas tecnologías, inversiones, emprendimientos y compañías que lideran el camino hacia la transición verde (http://www.greentransitionscoreboard.com).

Usamos el modelo Climate Solutions 2, de la firma con sede en Australia Climate Risk Pty, para mostrar que es posible asegurar la transición verde invirtiendo un billón de dólares por año en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo, hasta 2020. Son 10 billones de dólares en 10 años, menos de la mitad de los 23 billones  empleados para rescatar al sector financiero y al automovilístico de Estados Unidos.

Via: Hoy Digital