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La indudable utilidad de los plásticos tiene para la humanidad costos ambientales muy altos cuando se convierten en desechos. En el extremo bueno de sus características está la enorme versatilidad como materia industrial. En el extremo opuesto está su capacidad para mantenerse intactos en el ambiente y liberar componentes tóxicos. La persistencia de estas materias es tal, que en condiciones ambientales ordinarias se necesitan 500 años para degradar el ampliamente usado polipropileno.
Lo anterior más que justifica el llamado del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Jaime David Fernández Mirabal, a que la población boicoteé el uso de envases plásticos por las empresas locales. Su llamado está basado en el gran daño que la acumulación de estas materias está causando en nuestro ambiente y el hecho de que las empresas no invierten para el reciclaje o disposición adecuada de los plásticos.
En sociedades como la nuestra, que no clasifican los desechos, material orgánico, metales y plásticos van a parar juntos a los vertederos y la reacción libera tóxicos que contaminan suelos y aguas subterráneas, afectando fauna y flora. Sí, hay que boicotear el uso de plásticos, pero también hay que educar sobre la mejor manera de clasificarlos y disponer de estos materiales. Es necesario invertir en el reciclado.
Tan endémica como el dengue
La inclinación por repartir culpas y escurrir el bulto es, entre algunas de nuestras autoridades, tan endémica como el mismo dengue. Decir, como dice el ministro de Salud Pública, Bautista Rojas Gómez, que las abundantes muertes por dengue en la provincia de Santiago se debe a deficiencia en la calidad de la atención es solo una parte de la verdad. La otra parte es que no hubo la supervisión adecuada en cuanto a cumplimiento de los protocolos vigentes para la atención de esta enfermedad.
El ministerio de Salud no puede rehuir su responsabilidad como administrador de la atención médica en casos de epidemia. Debe admitir que no funcionó a tiempo la supervisión de la aplicación de los protocolos de atención de pacientes sospechosos de padecer la enfermedad y por eso llegó a ser alarmante el número de muertos en ese hospital. Salir a repartir culpas después de tantas vidas perdidas no redime de culpas por la falta cometida.
Via: Hoy Digital
