La representación dominicana que participó en esta ciudad de la 64va reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), alzó su voz en defensa de las ballenas jorobadas y rechazó, junto a otros 33 países, la caza de este cetáceo y de otras especies similares por parte de Groenlandia.
La posición oficial del país fue presentada por Peter Sánchez, del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y Comisionado Alterno ante la CBI, quien abogó por la conservación de las ballenas y la promoción de su uso no letal.
En tanto, la doctora Liliana Betancourt, en representación del Centro para la Conservación y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná (CEBSE) y del Programa EcoMar Incorporado, destacó el papel de la bahía de Samaná como área reproductiva de las ballenas jorobadas, al participar en las sesiones del Comité Científico de esa comisión.
Los operadores de turismo de observación de ballenas estuvieron representados en la reunión por el ingeniero Augusto González, presidente de la Asociación de Dueños de Barcos de la Bahía de Samaná. Además, la licenciada Patricia Lamelas, directora ejecutiva del CEBSE, participó como observadora en las sesiones plenarias.
El compromiso
Groenlandia logró en 2010, bajo el argumento “caza de subsistencia aborigen”, que la CBI le permitiera la captura de hasta 27 ejemplares de ballenas jorobadas en aguas del Atlántico Norte, permiso que termina en 2012, por lo que solicitó la renovación de esa autorización hasta el 2017. Al presente, Groenlandia ha cazado 17 ballenas jorobadas, nueve de ellas en 2010 y ocho en 2011. Se trata de las mismas ballenas que se reproducen en aguas de la costa norte de República Dominicana, en donde se encuentran protegidas en un santuario de más de 50 kilómetros cuadrados.
El país se beneficia a través del turismo de observación de las ballenas jorobadas, que atrae alrededor de 40,000 turistas a la Bahía de Samaná provenientes de todo el mundo y provee a la provincia ingresos directos de 2.3 millones de dólares en una temporada de 75 días, dejando adicionalmente nueve millones de dólares de beneficios indirectos para el país.
En la sesión plenaria en la que se rechazó la petición de Groenlandia, los resultados fueron 34 países en contra, la mayoría de América Latina, 25 a favor y dos abstenciones. De esa forma, Groenlandia quedó inhabilitada de capturar no solo ballenas jorobadas, sino también otros cetáceos.
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POR LA PRESERVACIÓN DE LA ESPECIE
Entre los argumentos para rechazar la extensión de la autorización para la captura de ballenas están que esa especie encuentra crecientes amenazadas para su subsistencia, el creciente uso comercial que hace Groenlandia de esa carne y que los Estados que comparten la población de ballenas jorobadas nunca fueron consultados.
La 64va reunión de la Comisión Ballenera Internacional, organismo encargado de la conservación y administración de las poblaciones de ballenas a nivel mundial, se celebró del 2 al 6 de julio.
Vía: Listín Diario