Por: Tania Molina
Pese al efecto que tiene la presencia del polvo del Sahara en las condiciones climáticas y hasta en la salud de la población, todavía en el país no se hacen los estudios sobre el nivel de incidencia del fenómeno en el territorio.
En el cielo se presenta como nubes condensadas, a veces de aspectos rojizo, pero es el polvo del Sahara, que llega con el arrastre de los vientos a nuestro continente y arropa la Isla.
Su primera influencia es en el clima nacional ya que puede ser causante de incrementos o disminución de las temperaturas y de las precipitaciones, pero además generan afecciones de las vías respiratorias pudiendo causar hasta cáncer.
Así lo explicaron el encargado del Departamento de Climatología de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), Dionisio Cordero y el doctor en química ambiental y director del Centro de Gestión Ambiental del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), José Contreras.
Datos dados a conocer por el Instituto de Oceanografía, de la Universidad de California, indican que las tormentas de arenas en el norte de África levantan cada año unas 450 millones de toneladas de polvo terrestre y del que el 43% entra al Atlántico Norte. Esta universidad estudia incluso la incidencia del polvo en las formaciones de los huracanes.
Cordero explica que una vez sobre el territorio, el polvo inhibe las formaciones nubosas, ya que se calienta al absolver parte de los rayos solares y por tanto requiere de más humedad para condensarse y que ocurran lluvias.
Pero indica que no hay registro sobre los efectos en la calidad del aire ya que apenas ahora se empiezan a hacer estudios al respecto y que todavía el país está en pañales en ese sentido.
«Lo que se sabe es que ese polvo trae consigo compuestos biológicos como hongos, virus, bacterias de tipo estafilococos, ácaros que son patógenos, pero además trae metales pesados como el hierro y el plomo aunque en proporciones pequeñas».
Contreras, a su vez, explica que el simple hecho de ser un polvo adicional en la atmósfera lo convierte en contaminante. «Si hay un aumento de las partículas en el aire, tiene repercusiones en enfermedades respiratorias y mucho más en el asma, pero eso pasa con cualquier otro polvo. Toda fuente que mande más partículas al aire afecta y produce más afecciones respiratorias».
Dice que aunque el centro ha realizado estudios generales sobre las partículas en el aire, las mismas no se han analizado tomando en cuenta el fenómeno, y tampoco se han hecho de manera seriada por épocas del año, para determinar cuando sean más notorias esas partículas.
La presencia del polvo del Sahara es mayor en los meses de junio y julio, se presenta desde el inicio de la primavera y aumenta en el verano. Justo para esta época del año las autoridades de salud advierten incrementos de las infecciones respiratorias.
En la actualidad, el país está libre del polvo, según se muestra en el reporte del Instituto Cooperativo de Estudios Meteorológicos por Satélite de la Universidad de Wisconsin. Según el meteorólogo Dionisio Cordero, esto se debe a la incidencia de una vaguada sobre el territorio que se desprende de la tormenta tropical Otto, que se localizaba ayer a 380 kilómetros al noreste de la Isla Grand Turk.
Via: Diario Libre