El mercado comunitario del carbono (MCC) es un mecanismo de negociación de derechos de emisión de gases de efecto invernadero como el CO2, que al igual que el impuesto al carbono se han creado para facilitar el logro de los objetivos climáticos de la Comunidad Europea.
¿Cómo surgió el MCC?
El 1º enero de 2005 y continuando con los compromisos que se habían contraído en el marco del Protocolo de Kioto, la Unión Europea creó el MCC, el mayor mercado de carbono del mundo. Este protocolo fue un acuerdo firmado por casi todas las naciones del mundo, comprometiéndose a reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, entre los que destaca el CO2.
Firmado el 11 de diciembre de 1997, el Protocolo de Kioto recién entró en vigor en 2005. En esa ocasión y por primera vez, los 38 estados más industrializados del mundo aceptaron reducir sus emisiones a una cifra un 5% menor a los niveles que había en 1990 (los pactos de las últimas COP toman como parámetro las cifras anteriores a la revolución industrial). Entre otras herramientas previstas por este Protocolo está la creación y despliegue de mercados de CO2.
¿Para qué se creó el MCC?
Para establecer un límite máximo de emisiones de gases de efecto invernadero también llamado cuotas, para cada una de las industrias que participan en este mercado y que siempre están un escalón más abajo del nivel de emisión real. Si el operador reduce sus emisiones, puede revender sus derechos de emisión no utilizados. De lo contrario, debe comprar cuotas sobrantes a otras organizaciones, de acuerdo con el principio de que quien contamina paga.
Para dar al sistema una mayor flexibilidad se pueden tomar prestadas algunas asignaciones o ahorrarlas. Este sistema está considerado como un incentivo, porque el costo de reducir las emisiones de CO2 resultará menor, que el precio de la asignación en el mercado (que depende del nivel del techo que a su vez está subordinado a los objetivos a alcanzar), que se reduce cada año.
Si bien ya hay varios mercados regionales, el más grande es el MCC, que abarca más de 11.000 empresas que destacan por ser las más contaminantes, entre plantas generadoras de energía e industrias varias y su objetivo ‘oficial’ es fomentar la inversión en eficiencia energética y en sistemas ecológicos y sostenibles.
Las industrias europeas más contaminantes son las que por sí solas suponen alrededor del 50% de las emisiones de CO2 de toda la Comunidad Europea. Los sectores más contaminantes son: la siderurgia, la producción de electricidad, las refinerías de petróleo o cemento, la industria química, la calefacción urbana y, desde 2012, la aviación (especialmente la que hace vuelos cortos).
La meta del MCC era ayudar a la Unión Europea a alcanzar sus objetivos climáticos: para 2020 debían reducirse las emisiones de CO2 del conjunto de los países miembros en un 20%, comparándolas con las de 1990. Ahora alegan que la crisis económica causada por la pandemia ha provocado la caída del precio del CO2, reduciendo la capacidad del sistema de actuar como un incentivo.
Futuras correcciones
El 14 de julio de 2021, la Comisión Europea presentó una propuesta para reformar el mercado comunitario del CO2, con el fin de acelerar la descarbonización a nivel industrial, incluyendo algunos otros sectores altamente contaminantes y endureciendo las condiciones de comercialización dentro del MCC.
La idea de Bruselas es ampliar significativamente el mercado actual, con el fin de que abarque al sector marítimo lo antes posible y también prevé crear, a partir del año 2026, un nuevo mercado para disminuir la emisión de CO2 que proviene del transporte por carretera y la calefacción de grandes edificios.