Según los estudios científicos, el cambio climático podría tener consecuencias dramáticas e irreversibles si sigue el ritmo de calentamiento de hoy. Y no son solamente las generaciones del siglo próximo sino los jóvenes los que harán frente a los efectos del desarreglo climático. Una isla como Hispaniola está sin duda amenazada por fenómenos naturales extremos causados por ello.
Pero es posible todavía invertir la tendencia, aunque nos queda apenas 500 días para lograrlo. Solamente 500 días, desde ahora hasta diciembre 2015, fecha de la Conferencia de París sobre el Clima, que reunirá los países del planeta bajo la presidencia francesa.
Es un gran honor para Francia ser el anfitrión de esta importantísima conferencia, es también un inmenso reto. París 2015 deberá ser la culminación de un proceso de negociación de más de 20 años, que nació con la Cumbre de la Tierra en Río en 1992, donde fue adoptada la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
El acuerdo que queremos alcanzar en 2015 debe marcar un hito decisivo en la negociación del post 2020, y deseamos que sean respetados los principios siguientes:
– la ambición: Queremos un acuerdo que sea global, vinculante y ambicioso. Global y vinculante porque por primera vez, todos los países, y entre ellos los mayores emisores de gas de efecto invernadero ñpaíses desarrollados, países emergentes y países en desarrollo- estarán vinculados por un acuerdo universal sobre el clima.
Ambicioso porque el acuerdo tendrá que establecer objetivos de reducción de emisiones que permitan una trayectoria compatible con el objetivo de limitar el calentamiento a 2 grados Celsius
– la participación equitativa: todos los países deberán participar, según sus capacidades respetivas y sus responsabilidades internacionales. Es el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas.
– la confianza: por su eficiencia, el acuerdo tendrá que prever reglas y mecanismos que aseguren la transparencia y la confianza entre las Partes.
– la cooperación: es fundamental que el acuerdo ofrezca soluciones a todos los países, reforzando la cooperación internacional, con financiaciones y transferencias de tecnología hacia los países menos avanzados. El acuerdo tendrá que corresponder a las necesidades de todos los países y darles los medios de adaptarse al desarreglo.
– y la flexibilidad: el acuerdo debe acarrear un marco sostenible y dinámico, que será complementado, reforzado con el tiempo.
En todas partes del mundo, la red diplomática francesa está movilizada para mantener un diálogo fructífero con las autoridades nacionales y, en particular en República Dominicana, compartimos la voluntad de seguir trabajando juntos con el Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Ministerio de Medio Ambiente hasta llegar al acuerdo.
Desde ahora hasta la Conferencia de París, el proceso de negociación va a seguir intenso en las semanas y en los meses que vienen, con etapas muy importantes, en particular la cumbre organizada por el Secretario General de Naciones Unidas en septiembre 2014 y la Conferencia de las Partes COP20 en Lima en diciembre 2014.
La política climática de Francia se despliega a todos los niveles:
1/ El primer nivel es la búsqueda de la ejemplaridad nacional, a través de un mix energético bajo en carbono.
Francia no representa más que el 1% de las emisiones mundiales de gas de efecto invernadero mientras que contribuye en un 4% al PIB mundial. Figura entre los países industrializados que menos emiten gas de efecto invernadero. Estos resultados han sido posibles por la implementación de un mix eléctrico que se respalda mayormente en la energía nuclear, pero también gracias a políticas voluntaristas de reducción de las emisiones. Así, entre 1990 y 2007, las emisiones disminuyeron de un 7%.
2/ El segundo nivel es el compromiso regional, alentando a la Unión Europea a adoptar objetivos ambiciosos de reducción de emisiones y reforzar su liderazgo en las negociaciones. En marzo de 2013 la Unión Europea inició sus trabajos relativos a la adopción de un objetivo de reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero para 2030. El “libro blanco” publicado por la Comisión Europea en enero de 2014 propone una reducción de emisiones de 40% de aquí al 2030, con respecto a 1990, lo que Francia apoya, y un objetivo de 27% de energías renovables en el consumo de energía al nivel europeo. Este mes de junio, los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea se reunirán de nuevo para ponerse de acuerdo y avanzar sobre sus compromisos, con miras a la Cumbre del Secretario General de Naciones Unidas.
3/ El tercer nivel es la solidaridad internacional, mediante la movilización, de ahora a 2020, de 100 mil millones de dólares por año de financiaciones públicas y privadas para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático.
El Fondo Verde para el Clima debe ser el instrumento principal de financiamiento internacional en los países en desarrollo. Francia promueve también las financiaciones innovadoras (impuesto sobre las transacciones financieras, tarificación del carbono en el transporte aéreo y marítimo internacional)
Al nivel nacional, Francia considera esencial que la lucha contra el cambio climático se traduzca por un “enverdecimiento” de las políticas nacionales de ayuda al desarrollo.
Así, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) se ha comprometido a que el 50% de sus otorgamientos financieros anuales a los países en desarrollo y países emergentes tengan un impacto medioambiental a favor del clima. La AFD prosigue con éxito la puesta en práctica de esta estrategia ya que en 2013 el 50% de todos los proyectos que financia incluyeron un componente de desarrollo sostenible (clima o protección del medioambiente y de la biodiversidad). En el caso de América Latina y el Caribe, nuestro objetivo es que más del 70% de todos nuestros financiamientos incluyan un componente medioambiental.
En la República Dominicana, estos objetivos son alcanzados a través de nuestros financiamientos:
– de la ciudad sostenible (por ejemplo la línea 2 del Metro y su proyecto de extensión) y el ordenamiento territorial (desarrollo urbano integrado) como el proyecto de La Barquita en Santo Domingo
– de la reforestación del Plan Sierra en la Cordillera Central (con componentes forestales, agropecuarios, ecoturísticos, etc.), de las energías renovables (préstamo aprobado al parque eólico privado de de Matafongo en Peravia y evaluación del proyecto de parque eólico público de Tierra Nueva en Jimaní) y de proyectos de protección de la biodiversidad.
Estamos viviendo un tiempo crucial por el futuro del planeta. Todos tenemos que preguntarnos en qué mundo queremos vivir en 2030, en 2050. Por su parte, Francia está decidida a favorecer la transición hacia economías sobrias en carbono. Sí, el desarreglo climático es un peligro mayor que debemos enfrentar, pero esta lucha nos proporciona también tremendas oportunidades: en el ámbito de la seguridad energética, pero también oportunidades económicas: las energías fósiles nos permitieron ayer el desarrollo económico; mañana las tecnologías verdes nos permitirán un nuevo ciclo de crecimiento y de desarrollo.
La autora es: Blandine Kleiss, embajadora de Francia en República Dominicana.
Vía: http://www.listin.com.do/