El agroempresario Ángel Estévez, ministro de Medio Ambiente, enarbola un discurso distinto al de su predecesor Francisco Domínguez Brito
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Mediante la Resolución no. 14/2016 el Ministerio de Medio Ambiente prohibió hace dos años las actividades agrícolas y ganaderas que se desarrollan dentro del Parque Nacional Valle Nuevo y otorgó un plazo de 120 días para retirar los cultivos en desarrollo y desmantelar toda infraestructura asociada a la producción.
Durante la gestión de Francisco Domínguez Brito en Medio Ambiente se empezó a resolver el problema en la zona norte del parque. No obstante, en la vertiente sur, que comprende la provincia San José de Ocoa, ubicada en la estribación de la Cordillera Central y el municipio Padre Las Casas, un valle del conjunto montañoso más significativo del país, todavía no se aplica la Resolución.
Y la esperanza de biólogos, ecologistas y agrónomos consultados por Acento.com.do de que el Parque Nacional Valle Nuevo se preserve de manera íntegra para la captación de agua y la conservación de otros ecosistemas, tal como lo establece la Ley Sectorial de Áreas Protegidas, se desvanece con la llegada del antiguo ministro de Agricultura, el empresario agroindustrial y político Ángel Estévez.
Cuando en febrero de 2017 el entonces ministro de Medio Ambiente visitó la zona de Valle Nuevo, en compañía de Ángel Estévez (entonces ministro de Agricultura) advirtió que el Gobierno “no” negociaría el desalojo agrícola de Valle Nuevo.
Frente a Estévez, el ministro Domínguez Brito afirmó que “la decisión de Valle Nuevo es irreversible y ahí no puede haber agricultura”. Esta idea corrió como las aguas de un río que nutre cientos de kilómetros.
Durante 2017 y principios de 2018 –antes de que Domínguez Brito saliera del equipo oficialista para lanzar sus aspiraciones presidenciales– los medios locales narraban la lucha del Gobierno por recuperar todos los terrenos del Parque Nacional Valle Nuevo, área protegida, amparada por la Ley no. 202-04.
El discurso gubernamental, desde que inició la gerencia de Domínguez Brito en Medio Ambiente hasta hace menos de tres meses, enfatizaba el rescate de las aguas y otros ecosistemas de Valle Nuevo y el renacer de cauces como el de Río Grande.
Desde el Ministerio de Medio Ambiente se proclamaba el enunciado, como culto religioso, ‘‘Valle Nuevo, Madre de las Aguas’’ cada vez que la institución pública se refería al interés estatal por preservar las fuentes de agua que abastecen los acueductos que sirven a 7 de cada 10 dominicanos.
El agua de esa cordillera garantiza unos 2,676 metros cúbicos de agua para cada habitante del país, según una investigación de la Academia de Ciencias de República Dominicana.
El ecologista Eleuterio Martínez precisa en una publicación de la revista científica Verdor publicada en noviembre 2016 que ‘‘(…) los cálculos de consumo anual se sitúan en 7,500 millones de m³ en el riego agrícola (mayor uso), 920 millones de m³ en el uso humano, 45 millones de metros cúbicos en la ganadería, 40 millones de m³ en el turismo y 40 millones de m³ en la industria (no incluye el sector minero)’’.
Pero a dos meses de la renuncia del hoy precandidato presidencial del PLD, Domínguez Brito, el discurso de la institución medioambiental se reajusta. Con la entrada del empresario agroindustrial, quien tiene inversiones en la importación de agroquímicos y fertilizantes, Ángel Estévez, organizaciones ecologistas denuncian por las redes sociales un posible retroceso en las políticas que Medio Ambiente hasta el momento implementa para recuperar el Parque.
Una fuente de la zona, narró a Acento que tras el traslado desde Agricultura a Medio Ambiente de Estévez, los productores se alegraron. Añade que los ocupantes de Valle Nuevo creen que ‘‘se salvaron” porque “más que técnico’’ el funcionario se presenta como un próspero agroempresario enfocado en la explotación de predios agrícolas.
‘‘Yo vi un empresario agrícola hablando, no un ministro de Medio Ambiente’’
El jueves 28 de junio, Estévez se reunió en La Horma, localidad de San José de Ocoa, con miembros de la Asociación de Productores Hortícolas de la Horna (Asoprohorma) a los que prometió la ejecución de un proyecto de ‘‘agricultura inteligente’’ que pretende, según mencionó, crear viveros de aguacate, café y madera.
Según explican las autoridades, la demanda del aguacate crece todos los años, por lo que desde el Gobierno se incentiva la siembra del producto.
‘‘Nosotros queremos hacer un vivero de un millón de plantas de aguacate aquí mismo en la zona. Lo va a hacer el ministerio de Medio Ambiente y eso será un aporte inicial para que no tenga que comprar la planta’’, dijo Estévez.
En el encuentro participaron agricultores y el obispo Víctor Masalles, autoridad de la Iglesia católica que apoyará el plan ‘‘agroforestal’’, según indicó el ministro.
El nuevo gestor ambiental del gobierno de Danilo Medina dejó claro en ese encuentro que ‘‘aquí se va a sembrar mucho más de lo que se está sembrando’’.
Antes de su aparición en San José de Ocoa, Estévez, recibió la visita de César Méndez, presidente de Asoprohorma, quien le presentó un proyecto que el ministro acogió –según sus mismas palabras durante la actividad posterior– y que presentará en un plazo no superior a 15 días al Presidente, para fines de aprobación.
Biólogos, agrónomos y ecologistas que se acercaron a Acento tras las declaraciones del recién nombrado ministro, señalaron que la ponencia parecía de un ministro de Agricultura –su anterior función pública– y no del responsable de cuidar las áreas protegidas y hacer cumplir las leyes medioambientales vigentes, así como la Constitución.
‘‘Yo vi a un empresario agrícola hablando, no un ministro de medio ambiente’’, dice una fuente que desea mantenerse en el anonimato por temor a represalias del Gobierno.
El Domínguez Brito que defendió a ‘‘La Madre de las Aguas’’ y que afirmaba que ‘‘ese es el futuro de República Dominicana, ahí no hay nada que hacer, simplemente defender el medio ambiente’’ ahora rehúsa comentar el tema.
Un agrónomo consultado por Acento explica que ‘‘lo que Estévez le ha dicho a los agricultores es que pueden seguir ahí, pero cambiando los sembradíos de ciclos cortos como cebollas, zanahorias, tomates o papas, a plazos largos’’.
‘‘Cambiando de cultivo, sembrando plantas no tan perennes, como los frutales, en este caso aguacate y café, sería la solución que ellos entienden. Pero técnicamente no es una solución porque el cultivo del aguacate demanda tanto o más agua de lo que se siembra en la zona actualmente’’, agrega.
Menciona que la única ventaja es que no tendrían que trabajar la tierra con tanta frecuencia como hasta el momento. ‘‘Pero en cuestión de mantenimiento de caudales y producción de agua, provoca daños similares que los actuales porque el consumo de agua es posible que hasta se incremente’’.
‘‘Posiblemente lo que se busca es agrandar el área de siembra de lo que hay ahora, cambiando simplemente de cultivo. Pero técnicamente eso no sería una solución viable para este caso’’, lee un agrónomo de la situación a futuro que prevé en el Parque Nacional Valle Nuevo.
Los biólogos y agrónomo que se acercaron a Acento concuerdan en que las zonas de los cultivos no cumplen con los requerimientos técnicos que, independientemente estén o no dentro del Parque, se deben respetar como lo establece la Ley de Medio Ambiente.
El nuevo representante del Gobierno en el sector agrícola, Osmar Benítez, defendió el proyecto y llamó ‘‘infundadas’’ la acusaciones en contra.
‘‘El ministro de Medio Ambiente es una persona conocedora del problema y es una persona que cumple la ley. Esas son acusaciones infundadas’’, consideró, al preguntársele sobre el anuncio que hizo Estévez a los productores de Valle Nuevo y que quedaron registrado en un vídeo que circula ampliamente por las redes sociales.
Pero algunos expertos en medio ambiente opinan lo contrario. El ambientalista Luis Carvajal difundió un comunicado en el que llamó a la población a ‘‘enfrentar las políticas del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales que, en violación a la Ley 64-2000, promueve la ocupación de Valle Nuevo y otras áreas protegidas, la extracción de agregados de ríos y costas, la explotación del bosque nativo y la destrucción de zonas productoras de agua’’.
También la organización SOS Ambiente RD envió una carta al ministro Estévez en la que externa su preocupación, cita las leyes que obligan a proteger a Valle Nuevo, así como los derechos ambientales constitucionalizados en el ordenamiento jurídico.
‘‘El Parque Nacional Valle Nuevo tiene una historia plagada de abusos, depredación y luchas que han enfrentado a quienes pretenden explotarlo contra quienes pretenden preservarlo. Ha sido tan conflictiva la historia que no se ha dado la oportunidad al bosque de regenerarse completamente, pues, en violación al precitado principio de coherencia, se han sucedido administradores medioambientales que oscilan entre el interés de hacer cumplir la ley, hasta el interés de favorecer la depredación, pasando incluso por la negligencia. Es por eso que esperamos que estos vaivenes hayan sido superados, y apostamos por una continuidad en la ejecución de las políticas medioambientales’’, reza la carta.