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miércoles , diciembre 25 2024
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El futuro del carbón preocupa en Katowice, sede de la COP24

Katowice, que aloja la Cumbre del Clima de Naciones Unidas, simboliza el peso del carbón en Polonia, donde este combustible fósil genera el 80% de la electricidad.

Este país tiene auténtica dependencia de un carbón que extrae de sus propias minas (la mayoría localizadas en la región de Silesia, donde se ubica Katowice) y que está fuertemente subvencionado.

El sector, que da empleo a más de 100.000 personas en Polonia, mantiene una gran influencia en la política nacional.

El peso del carbón

“Antes o después tenemos que dar el salto a otras fuentes de energía, no nos queda más remedio, y cuanto antes tengamos un plan definido para actuar, mejor”, explicó a Efe el miembro del Comité de empresas Eléctricas de Polonia, Kazimierz Szynol, nacido en esta región minera y consciente de la oposición que generarán los cambios.

Pero, por ahora, mantiene inalterable su peso en la economía polaca, y las autoridades, con el presidente del país, Andrzej Duda, a la cabeza, han insistido en Katowice que la transición a cualquier energía más limpia debe de tener en cuenta las necesidades de cada país y el futuro de los trabajadores de ese sector.

El pasado 4 de diciembre, por ejemplo, el presidente polaco protagonizó dos actos, uno en la Cumbre del Clima, donde defendió las energías verdes, y otro ante mineros del carbón, en el día de su patrona, frente a quienes afirmó que no permitirá que “asesinen” a este vital sector de la industria nacional.

“La minería del carbón es una industria polaca que ha estado en nuestra historia desde siempre, no deberíamos permitir que desde fuera de Polonia vengan a decirnos que no podemos usar este combustible que da empleo, nos permite tener energía a buen precio y desarrollar nuestra economía”, dijo a Efe el minero retirado Marcin Sas, tras toda una vida en minas de la zona.

Los sindicatos del sector ya se han mostrados contrarios a cualquier cambio “traumático” y, hasta el poderoso sindicato Solidaridad acaba de pedir mantener el carbón en el “mix energético”.

El sindicato cuestiona la “ideología impuesta” desde Naciones Unidas sobre el cambio climático y la “verdad absoluta” de que el mundo esté al borde del abismo por el calentamiento global.

El discurso de Duda se enmarca en la campaña electoral que ya vive Polonia, con elecciones generales en 2019, aunque no deja de ser llamativo que el presidente del país anfitrión de una Cumbre del Clima defienda abiertamente el uso del carbón, el combustible más contaminante y causante de que los cielos polacos se encuentren entre los más contaminados de Europa.

Una transición costosa

Acabar con la dependencia del carbón tendrá un coste “altísimo”, señaló a Efe el experto en energía Krzysztot Lakowski, quien también prevé una fuerte oposición popular, no sólo por parte de quienes pierdan sus empleos, sino ante el previsible aumento del precio de la energía en un país que tiene uno de los recibos de la luz más baratos de Europa.

Para lograr eso y converger con los ambiciosos objetivos de Bruselas, dice Lakowski, “será necesario contar con fondos europeos”, ya que de otro modo será “muy traumático para Polonia”.

La postura de Polonia

En una conversación con Efe durante la inauguración de la Cumbre del Clima, el ministro polaco de Medio Ambiente, Henryk Kowalczyk, salió en defensa de su país tras las críticas desde varios sectores por la aparente contradicción de que presida la COP24 un país que obtiene del carbón la mayoría de su energía.

“En Polonia ya hemos comenzado a cambiar nuestro mix energético, pero no podemos hacerlo de repente, sino que poco a poco reducimos el peso del carbón con nuevas alternativas”, justificó Kowalczyk.

El país centroeuropeo pretende reducir el peso del carbón al 60% para 2030 y al 30% para 2040, tomando como referencia los niveles de 1990, gracias a una política energética basada en la energía nuclear (con la conexión a la red en 2033 de la primera de las seis plantas previstas) y fuentes renovables.

Esos objetivos siguen por debajo de los de la Unión Europea, que es más ambiciosa y busca un recorte de emisiones del 45% para 2030, lo que provocaría una presión sobre los Estados miembros como Polonia.

Para la subdirectora del programa global de clima y energía del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Vanesa Pérez, “citas como la Cumbre del Clima dan la oportunidad a los países de tomar liderazgo”, por lo que espera que el Gobierno polaco “comience a cambiar su discurso y a lanzar mensajes muy claros dirigidos a la reducción de emisiones y a una economía más limpia”, dijo a Efe.

Nacho Temiño
EFEverde