La enmienda al contrato para la explotación de los sulfuros auríferos de Pueblo Viejo, Cotuí, que despoja al pueblo dominicano de más de 42,000 millones de pesos en los primeros seis años, la cual fue aprobada graciosamente por el presente gobierno y sus legisladores, con el apoyo de los dos partidos políticos mayoritarios, los cuales se pusieron de acuerdo para beneficiar a la empresa minera Barrick Gold, ha encontrado tanto y tanto rechazo en todo el pueblo dominicano, que ya ni la Barrick ni el gobierno encuentran argumentos que puedan justificar semejante estafa social.
Los ejecutivos de la Barrick, al igual que el Director de Minería, siempre entendieron que los dominicanos pertenecemos a un cacicazgo de idiotas iletrados que no alcanzamos a conocer el libro “Coquito”, y que por tal razón íbamos a creer la fábula de que ese es el mejor contrato minero del mundo, mejor que el de Placer Dome, o que con obtener el respaldo de la Cámara Minera y de la Sociedad Dominicana de Geología, el contrato era ya un hecho consumado. Pero se han equivocado.
De ahí que haya sido notorio el desconcierto de los representantes de la Barrick, incluido el Director de Minería sentado en la barra de la defensa de la Barrick, en el esperado debate televisivo organizado por Juan Bolívar Díaz, en su matutino programa Uno+Uno, y fuera notoria la desesperación y la ira que les embargaba cada vez que eran asediados por las cifras económicas demoledoras, por los textos extraídos del propio contrato estafa y por los análisis del pasivo ambiental, que, tal y como pudimos demostrar, no es estático, sino dinámico, y que la Barrick carga con los pasivos ambientales de los últimos cuatro años a partir de la compra voluntaria de las acciones de la Placer Dome.
Pero la Barrick se apresuró con una jugada “seudo maestra” que entendía exitosa sería, y tan pronto terminamos el gran debate emitieron una apresurada nota de prensa, apoyada por el esmeril económico que pule cualquier camino rugoso, y le dijeron a todo el país que en el debate nos habíamos puesto de acuerdo en cuanto a los pasivos ambientales y en cuanto a la supervisión financiera, sin embargo, los dominicanos que tuvieron la oportunidad de ver el gran debate vieron otra cosa muy distinta, y vieron a unos representantes de la Barrick ahogados en los textos contractuales que ellos mismos redactaron, y sin encontrar formas convincentes de explicar la estafa que se ha cometido en nuestra propia casa.
Y es que el debate convenció a quienes todavía no se habían convencido del saqueo que en contra de este pueblo se ha cometido, al extremo que muchos de los legisladores que aprobaron ese funesto contrato se han retractado públicamente de su votación, e inclusive, el principal partido político de oposición, que en su momento instruyó a sus legisladores para que votaran a favor, ya ha emitido una nota pública donde solicita la inmediata revisión de esa enmienda a la que ayer dieron su aprobación.
Las encuestas de la radio y la televisión indican que hay un 85% de la población en contra de ese contrato que estafa a nuestra nación, y ello ha desesperado tanto y tanto a los ejecutivos de la Barrick Gold y a los funcionarios del gobierno que dieron su irregular aprobación, que ya han desatado la misma campaña mediática de siempre en el sentido de que quienes se oponen a ese tenebroso contrato lo hacen para chantajear a la Barrick Gold y obtener algún beneficio enriquecedor.
Y lo importante es preguntar: quién chantajea a quién, si es el pueblo dominicano, dueño de la mina de oro más grande de Norteamérica, quien le exige a esta empresa minera pirata, que en ningún lugar ha sido grata, y que ha venido a saquear el oro y la plata, que entregue el 50% de los beneficios, o si es la Barrick pirata, quien chantajea con mucha garata, para que le dejen robarse el oro y la plata.
Aquí todos nos conocemos y sabemos que todo el que ha querido dinero de la Barrick lo ha conseguido, porque la Barrick ha valorado esa mina en 38,000 millones de dólares, a los precios actuales del oro y la plata, con un costo de producción de un 15% del precio de venta, y de eso nos va a dar el 3.2% y se va a quedar con el 96.8%, porque el artículo 8.4 del contrato le permite no tributar ni pagar dividendos hasta no haber recuperado toda su inversión inflada y con una tasa de retorno del 10%, y con todo ese dinero se pueden emitir muchos cheques en blanco pagaderos a presente y a futuro.
La Barrick no sólo ha querido que los dominicanos nos quedemos callados frente a esta estafa, sino que ha pretendido que aplaudamos fervorosamente la estafa, ha pretendido que le premiemos por dar cientos y cientos de empleos a importados obreros peruanos, ha pretendido que nos callemos frente a la intoxicación por inhalación que sufrieron más de mil de sus obreros de importación, ha querido que les felicitemos por haber establecido un micro estado independiente dentro de nuestra pequeña nación, ha querido que nos tomemos las aguas del río Yuna cargadas de su contaminación, y ha pretendido que bajemos la bandera tricolor para subir la bandera del nuevo imperio de la Barrick Gold.
Pero si bien es cierto que los estudios genealógicos con ADN confirman que en este gobierno todavía quedan parte de los genes de Guacanagarix, no menos cierto es que este pueblo está aprendiendo a dar grandes batallas desde Navarrete hasta Macorix, pues el pueblo está aprendiendo a distinguir entre los que dicen verdades y los que dicen mentiras, a distinguir lo que le conviene y lo que no le conviene, y aprendiendo a defender sus recursos naturales y sus grandes riquezas minerales.
Por eso el Presidente de la República se mantiene callado y no hace mención de esta estafa en contra de la nación, porque el Presidente, en su condición de abogado de profesión, conoce las implicaciones legales y conoce la irritación de la población, y prefirió jugar al desgaste del tema en los medios de comunicación, pero al ver que cada día se suma más gente fuerte que exige la revisión, está apostando a que sea el gobernador del Banco Central, el principal firmante de esa aberración, quien tenga que cargar las culpas frente a los tribunales de la nación, y eso, a lo interno del gobierno, mantiene una gran división.
Por eso la Barrick y el gobierno se empeñan en predicar el desteñido discurso barato de que todo el que se opone a este contrato odioso que estafa a esta población es porque busca que se le compre por el valor de una vieja colchoneta de algodón, sobre todo si pertenece a algún segmento de oposición, y como los RD$700 millones mensuales de la publicidad no han alcanzado para destruir la verdad, la Barrick tendrá que abrir los ojos de frente a la realidad: o revisamos en lo inmediato ese funesto contrato cargado de perversidad, o la Barrick de aquí se va.
Pero como esa inmensa mina de oro la Barrick nunca la va a soltar, sólo le queda buscar la silla para sentarse a renegociar, y escribir en el nuevo contrato que el país va a recibir, desde el mismo primer año de operación, el 50% del beneficio de la producción y que la empresa asume todo el pasivo ambiental, pasado, presente y futuro, de esa importante región.
Y es que ya el viejo reloj de arena minera ha comenzado a anunciar que el tiempo electoral pronto se va a acabar, ha comenzado a demostrar que el gobierno no tiene muchas excusas donde poderse ocultar, ha comenzado a evidenciar que cada día se suma más gente a esta gran lucha social y ha comenzado a sentenciar que este pueblo ya no se deja engañar. Y es que el mensaje de la población es muy claro: O el gobierno se lleva el contrato o el contrato se puede llevar al gobierno.
Por: R. Osiris de León