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miércoles , diciembre 25 2024
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El cambio climático podría obligar a “coexistir” con pararrayos

SANTO DOMINGO. En el planeta tierra caen aproximadamente ocho millones de rayos al día, unos 6,000 cada minuto, quitándole la vida a miles de personas y ocasionando heridas de gravedad a muchas, al ser impactadas por esas descargas de energías.

Los rayos han aumentado sus cifras a través de los años, según estadísticas de países como Estados Unidos, donde alcanzan a cientos de personas. En Canadá los rayos lesionan aproximadamente 200 personas y causan 4,000 incendios forestales.

El Observatorio de Seguridad Ciudadana de la República Dominicana -que coordina el Ministerio de Interior y Policía- registra que en 2016 fallecieron en el país seis personas electrocutadas por rayos y once en 2017.

Es el caso reciente de la salida inesperada del sistema eléctrico de los 300 megavatios de AES Andrés, en Boca Chica, por la posible caída de un rayo, impacto de repercusiones mayores, tanto en costos como en desabastecimiento.

Esto puede significar, por el momento, un incremento del subsidio eléctrico dispuesto por el gobierno por el orden de los US$30 millones mensuales, los cuales se agregan a los US$200 millones en que aumentará el subsidio este año por las alzas en el precio del barril de petróleo.

Teorías e hipótesis de científicos sobre el calentamiento global

Los climatólogos norteamericanos han publicado en la revista científica Science los resultados de varias hipótesis, que sostienen que es posible que cada vez se produzcan más truenos y rayos por el cambio climático.

Las hipótesis sobre aumento de los rayos parten de factores que toman en cuenta el aumento de las precipitaciones (lluvias), y de la energía potencial de convección, expresada en joules/kg. (Es la cantidad de energía de una parcela de aire más caliente que su entorno, lo que produce una ascensión del aire).

Esa hipótesis, comprobada en los Estados Unidos en 2011 con el National Lightning Detection Network, una red de recolecta de informaciones, demostró que 77 % de la variación de la cantidad de rayos podría ser detectada a partir de esos dos elementos.

Sobre esa base y con la modelización de 11 tipos de situación climática, llegaron a la conclusión: de que por cada grado de elevación de la temperatura se produciría un aumento de un 12 % de la cantidad de rayos en los Estados Unidos.

De su lado, la ambientalista Amparo Chantada, al ser entrevistada por Diario Libre, advirtió que se comprobó que los rayos afectan más a los hombres que a las mujeres, y que las probabilidades de ser alcanzados por un rayo aumentan en la ciudad.

“Se piensa que las personas en general, no saben protegerse de los rayos porque, además, los servicios meteorológicos no advierten de esos fenómenos. Lo que se debe hacer en caso de truenos y rayos es alejarse de toda fuente metálica, protegerse en casa, no cobijarse debajo de un árbol y mantener los pies en seco, si es posible. En montaña es más problemático, los accidentes son frecuentes por las botas y los equipamientos de los alpinistas”, dijo Chantada.

Ante esta nueva realidad adquieren importancia de supervivencia los pararrayos

El ingeniero Roberto Polanco M, especialista en ventas e instalaciones de pararrayos de la empresa EASI, al ser entrevistado por Diario Libre, se refirió también al efecto de que el cambio climático puede provocar descargas eléctricas más frecuentes y de mayor magnitud.

Polanco M. informó al ser preguntado por los pararrayos, que en Santo Domingo se pueden adquirir dispositivos con tecnología desionizante, que evita que se formen las condiciones para una descarga eléctrica. También el dispositivo de ionizantes activos y pasivos que adelanta la formación del rayo (atraen los rayos).

Dijo que los sistemas Franklin son los de menor radio de cobertura, máximo cinco metros. Los ionizantes activos (con dispositivo de cebado, que son los de más uso), atraen los rayos con un radio de acción de 100 metros. El sistema Rayos-NO también tiene un radio de cobertura de 100 metros, garantizando que no se produzcan descargas dentro de su área de protección.

Del precio informó que varía de acuerdo al radio de cobertura. Los equipos vienen acompañados de una garantía de cinco años y de una póliza de seguros que cubre hasta 600,000 euros en daños en caso de producirse una descarga dentro del radio de cobertura.

“Los pararrayos deben contar con muy buen sistema de tierra, que debe recibir mantenimiento al menos una vez al año. La mayoría de las empresas nunca dan ese mantenimiento al sistema de tierra”, advirtió Polanco.


Mitos y verdades

• “Un rayo no cae dos veces en un mismo lugar”. ¿Cuántas veces hemos oído eso? Pues sepa que es una ¡gran mentira! Está comprobado que un rayo puede caer más de una vez en un mismo lugar.

• Otras creencias populares contribuyen a que las personas tengan dudas sobre este asunto y continúen arriesgándose. Una de las más comunes es la de pensar que están protegidos por el pararrayos del vecino. Gran error.

• Hay una confusión incluso mayor. Muchos creen que los pararrayos pueden atraer los rayos a sus edificios y, por miedo, se rehúsan a instalarlos. En realidad, el pararrayos es un camino seguro para conducir la energía generada por el rayo a la tierra.

• Otra duda común es si los pararrayos protegen o no los equipos electrónicos. Para eso debe ser usado un “aterrizamiento” eléctrico (cable a tierra) y supresores de brotes.


Pararrayos

Un pararrayos es un instrumento cuyo objetivo es atraer un rayo y canalizar la descarga eléctrica hacia tierra, de modo tal que no cause daños a construcciones o personas. Este artilugio fue inventado en 1753 por Benjamín Franklin mientras efectuaba una serie de experimentos sobre la propiedad que tienen las puntas agudas, puestas en contacto con la tierra, de descargar los cuerpos electrizados situados en su proximidad.

Este primer pararrayos se conoce como “Pararrayos Franklin” en homenaje a su inventor.

EFE / Diario Libre