Por: Solange de la Cruz Matos
Los aspectos vinculados a un manejo sostenible del medio ambiente, a una eficaz gestión de riesgo y a una adecuada adaptación al cambio climático conforman el cuarto eje de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2010 ñ2030 propuesta por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPD) y el Consejo Nacional para la Reforma del Estado (CONARE).
El documento, que reposa en el Congreso Nacional, esboza con detalles los alcances que se propone, como son proteger y aprovechar de manera sostenible los recursos naturales y mejorar la calidad del medio ambiente, así como gestionar el recurso agua de manera eficiente y sostenible.
También, desarrollar un sistema nacional de gestión integral de riesgos, con activa participación de las comunidades, y avanzar en la adaptación a los efectos y la mitigación de las causas del cambio climático (CC).
En el tema del CC, expone como líneas de acción desarrollar estudios sobre sus impactos en la isla y sus consecuencias ambientales, económicas, sociales y políticas, para fundamentar la adopción de políticas públicas y concienciar a la población.
Además, fortalecer el sistema de prevención, reducción y control de los impactos entrópicos que incrementan la vulnerabilidad de los ecosistemas a los efectos del CC, en coordinación con los gobiernos locales, y fomentar el desarrollo y la transferencia de tecnología que contribuyan a la adaptación de especies forestales y agrícolas.
Otra línea de acción propuesta es la des-carbonización de la economía nacional a través del uso de fuentes renovables de energía, del desarrollo del mercado de biocombustible, de una mejora del ahorro y eficiencia energética y de un transporte eficiente y limpio.
En adición, se plantea desarrollar las capacidades para las negociaciones interinstitucionales en materia de CC y prevenir, mitigar y revertir los efectos de la elevación de las temperaturas sobre la salud, en coordinación con las autoridades locales.
Reducción de CO2
Uno de los indicadores del cuarto eje son las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que son aquellas “derivados de la combustión de combustibles fósiles y de la fabricación de cemento. Estos incluyen emisiones producidas durante el consumo de combustibles sólidos, líquidos y de gas. Las emisiones de dióxido de carbono son la fuente primaria de gases invernadero, que contribuyen al calentamiento global, amenazando los hábitats humanos y naturales”.
En ese tenor, el documento refiere que el país emitió en 2005 dos toneladas métricas per cápita de dióxido de carbono, según indicadores de desarrollo del Banco Mundial, cifra que lo colocó en el noveno lugar con mayor emisión per cápita en una lista de 22 países de América Latina.
Otro dato relevante reseñado en la propuesta de estrategia es que el país ha aumentado sus niveles de emisión per cápita de dióxido de carbono con base en 1990 (año de referencia en el Protocolo de Kyoto), cuando la emisión per cápita era de 1.23 toneladas métricas. Entonces, RD estaba ubicada entre los países con menores emisiones. De un total de 142 países, otros 76 aumentaron sus niveles per cápita de emisión entre 1990 y 2007.
En torno al CC, se propone como metas cualitativas que en un plazo no mayor de cinco años hayan sido redefinidas y puestas en vigencia normas de construcción que permitan la adaptación al cambio climático, y que se haya aprobado y puesto en vigencia una ley de ahorro y eficiencia energética, como forma de contribuir a la mitigación de las causas que originan las elevaciones de las temperaturas.
Otros ámbitos
Los indicadores de desarrollo del Banco Mundial también son utilizados en la propuesta para el indicador de áreas protegidas nacionales, consideradas éstas como “áreas parcial o totalmente protegidas de al menos mil hectáreas que son designadas como reservas científicas con el acceso público limitado, parques nacionales, monumentos naturales, reservas naturales o santuarios de fauna, paisajes protegidos y áreas manejadas principalmente para el empleo sostenible”.
En la propuesta de Estrategia Nacional de Desarrollo se recoge que en el periodo de 2002 a 2006, el país redujo sus áreas protegidas a 24% de su territorio, y que otros 64 países, de un total de 163, también disminuyeron sus áreas protegidas. “RD estuvo entre los primeros 35 que mayor reducción experimentaron”, indica el documento.
Expone que lo deseable es que se detenga la reducción del porcentaje de su territorio dedicado a áreas protegidas y que éste se mantenga en 24.4% como mínimo, a partir de 2010.
A pesar de esa reducción, de un total de 143 naciones, el país se ubica entre el 8% con mayor porcentaje de su territorio dedicado a áreas protegidas, y en el cuarto lugar de un total de 22 países de América Latina con mayor porcentaje de territorio dedicado a áreas protegidas.
El tercer indicador es la deforestación, que consiste en la conversión permanente del área natural forestal a otros empleos, incluyendo la agricultura, la cría, asentamientos humanos y la infraestructura. Las áreas deforestadas no incluyen áreas registradas, pero destinadas para la regeneración o áreas degradadas por uso de madera como combustible, la lluvia ácida, o fuegos forestales”.
El documento destaca que en el periodo de 1990 a 2005, la deforestación anual promedio fue cero: “Lo deseado para 2030 es que RD reforeste su territorio a una tasa de 0 1% anual, similar a lo que hizo Costa Rica en el periodo 1990-2005”.
http://www.economia.gob.do/eWeb/ShowContent.aspx?idc=338
EFECTOS DE LAS ALTAS TEMPERATURAS
En referencia al cambio climático, en el documento base de la propuesta de Estrategia Nacional de Desarrollo (END) se prevé: ·Que aumentará el nivel y la temperatura del mar, lo que provocaría la erosión e inundación del litoral, fenómenos que se exacerban bajo la ocurrencia de tormentas que alteran el clima de las olas y que conducen a la pérdida de arena.
Que impacte en un aumento de la temperatura media de la costa. En ausencia de modificaciones en otras areas ambientales, se estima que los manglares lograrían adaptarse a los aumentos de temperatura y del nivel del mar que han sido pronosticados para la costa dominicana, pero los arrecifes coralinos podrían verse afectados por el aumento de la temperatura.
Los impactos socioeconómicos del cambio climático sobre las costas (sobre todo si se incrementa la frecuencia de tormentas), se concentrarían en los embates a las viviendas y a la infraestructura de comunicaciones, drenaje y alcantarillado y de reservorio de agua.
Asimismo, vale destacar la potencial amenaza sobre la industria turística de sol y playa, debido principalmente a la erosión de las playas.
No se esperan cambios importantes sobre la pesca, al menos que la erosión eleve la turbidez de las aguas.
Los estudios realizados apuntan a que el cambio climático podría conducir a una reducción de los rendimientos potenciales de la producción agrícola y de los bosques.
El cambio climático también podría repercutir en una proliferación de la malaria y el dengue, entre otras enfermedades.
http://www.economia.gob.do/eWeb/Archivos/ Libros/Documento_base_ propuesta_END_2010_ 2030.pdf
Vía: Listín Diario