El Acuerdo de París debe dejar de estar «en la estantería» y empezar a ser «operativo», ha dicho Ovais Sarmad, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
Sarmad asiste en Buenos Aires (Argentina) a un encuentro sobre cambio climático del T20, uno de los laboratorios de ideas (“think tanks”) del Grupo de los Veinte (G20).
“El Acuerdo de París es un gran acuerdo pero está hasta ahora en la estantería. No ha sido implementado porque no hay lineamientos, no hay libro de reglas para implementarlo”, recalcó Sarmad.
Por ello, destacó que, tras este encuentro en la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF) en la capital argentina -al que acudieron funcionarios e investigadores de organizaciones nacionales e internacionales-, se debe transmitir al G20 la importancia volver “operativo” para finales de año este pacto firmado en 2015 por 195 países.
Pese al hito que supuso esta rúbrica, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció en junio de 2017 su decisión de sacar al país del Acuerdo de París contra el cambio climático.
Desde las Naciones Unidas lamentaron la decisión pero aseguraron que parte de la sociedad estadounidense sigue comprometida con el objetivo de un desarrollo sostenible.
Sarmad recordó los 100.000 millones de dólares que los países desarrollados prometieron a los países en desarrollo para adaptarse a los efectos del cambio climático.
T20 y Cambio Climático
Durante un encuentro titulado “T20 y Cambio Climático: Planeamiento, Riesgos y Respuestas frente a la Emergencia”, Sarmad insistió en que no hay “otro planeta” ni ningún “plan B”, por lo que cada país debe tomar medidas de manera “extremadamente urgente” para frenar los efectos del cambio climático lo antes posible.
En ese sentido, recordó que, en Argentina, el glaciar Upsala (en Patagonia) se está derritiendo a niveles alarmantes, que Buenos Aires registró recientemente sus temperaturas más altas o que las inundaciones que afectaron al norte del país dejaron a miles de evacuados.
Pese al aumento de catástrofes naturales en todo el mundo, aseguró que “hay esperanza y mucho por hacer”.
“El costo de las energías renovables se ha calmado significativamente y hay grandes empresas en el mundo que están invirtiendo en cambiar de combustibles fósiles a energía renovable”, aseveró el diplomático.
Este encuentro se realizó en el marco de la presidencia argentina de la Cumbre del G20, grupo compuesto por las 20 economías desarrolladas y en desarrollo más importantes del mundo, que tendrá lugar del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 2018 en el país austral.
El objetivo de Argentina como líder en las negociaciones será, entre otros, lograr que las potencias internacionales tengan en cuenta la situación de los países en desarrollo que no forman parte del grupo, en especial la de América Latina.
El ministro de Ambiente argentino, Sergio Bergman, dijo que “todavía está por verse si el G20 es un club de privilegiados o líderes” que puedan guiar a los que no están entre los 20.
Un indicador, no un problema
Asimismo, insistió en que el cambio climático es “un indicador” y no “un problema”.
“Es un indicador de lo que hacemos mal y de lo que tenemos que hacer diferente. Es el indicador de cómo nuestras actividades antrópicas fueron depredativas y destructivas y negligentes e irresponsables”, concluyó.
El encuentro fue organizado por la UNDEF, el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), el Centro para la Implementación de Políticas Públicas Promoviendo la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD).
EFEverde