Washington, 26 nov (EFE/Pedro Alonso).- Estados Unidos, uno de los países más contaminantes del mundo, ha dado un paso certero en la lucha contra el cambio climático y buscará en París un acuerdo global, tras negarse en la última década a ratificar el Protocolo de Kioto.
“Buscaremos un acuerdo que sea ambicioso, efectivo, justo y duradero”, ha afirmado el enviado especial de EEUU para el cambio climático, Todd Stern, al referirse a la cumbre que acogerá París del 30 de noviembre al 11 de diciembre, y que debe ser definitiva para intentar frenar el calentamiento del planeta.
El objetivo de la cumbre es precisamente cerrar un documento que sustituya al protocolo de Kioto, que se negoció en 1997 y entró en vigor en 2005, pero que Estados Unidos nunca ratificó.
En aquel momento se buscó que los países desarrollados redujeran sus emisiones de gases invernadero en un 5 % para el año 2012 con respecto a los niveles de 1999, pero después se prorrogó a 2020.
Ahora, en París, la comunidad internacional deberá acordar un nuevo modelo para seguir protegiendo al planeta y en ese sentido Estados Unidos debe ser decisivo.
El acuerdo de París entraría en vigor en 2020 con vocación de perdurar hasta 2050 y el objetivo es que la temperatura del planeta no aumente más de dos grados a finales de siglo.
Entre los más de 150 jefes de Estado y de Gobierno que asistirán a la cita parisina estará el estadounidense Barack Obama, quien considera la lucha contra el cambio climático una prioridad de su gobierno.
El asesor adjunto de seguridad nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, ha afirmado que Obama quiere que la vigésimo primera Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático aporte en París un “ambicioso acuerdo marco” contra el calentamiento global.
A su juicio, se trata de un “problema urgente” para la “seguridad nacional, y la economía de Estados Unidos y del resto del mundo”.
Una señal de ese empeño es la reunión que Obama mantendrá en París antes del inicio de la cumbre con el presidente chino, Xi Jinping, teniendo en cuenta que el gigante asiático es el mayor emisor de gases contaminantes seguido por Estados Unidos.
Obama y Xi llegaron el año pasado a un acuerdo histórico para que las emisiones de efecto invernadero de China toquen su máximo en 2030 y se reduzcan después gradualmente.
Por su lado, el Gobierno de Obama se ha fijado que para 2025 EEUU recorte sus emisiones entre un 26 y un 28 % respecto a 2005.
Los gases que emiten estos dos países a la atmósfera preocupan sobremanera al tercer mayor contaminante a nivel mundial, la Unión Europea, y en ese sentido el comisario europeo para el Cambio Climático, el español Miguel Arias Cañete, ha dicho que “el peligro es que China y Estados Unidos pacten un acuerdo de mínimos”.
Stern, el enviado especial de EEUU a París, ha reconocido que la financiación representa “uno de los temas más controvertidos”, pues en teoría esa carga recaería sobre los países desarrollados.
Pese a los retos, la Casa Blanca se esforzará por evitar “un acuerdo que sea sólo de mínimos y aplace demasiado las decisiones para el futuro”, respondió Stern a las exigencias de la Unión Europea. EFE