Por supuesto, el problema del calentamiento global no es nuevo. Desde hace años, desde diferentes sectores científicos, organismos internacionales y activistas advierten de la preocupante tendencia a la que se dirige el planeta todo.
Ahora, mientras el mundo entero se preocupa por superar la crisis sanitaria desatada por la pandemia de coronavirus, cada vez con más énfasis desde la comunidad médica y científica miran con la misma preocupación lo que ocurre con el cambio climático.
En este contexto, desde el domingo y hasta el 12 de noviembre se está desarrollando en Glasgow, Reino Unido, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26, organizada por el ese país en colaboración con Italia.
Y hacia allá volaron el pasado jueves Mercedes Pombo y Gastón Tenembaum, dos jóvenes argentinos de 21 años, con el fin de que los gobiernos y los funcionarios que comenzaron a debatir y a presentar sus objetivos a corto y mediano plazo en materia climática “sepan que la sociedad civil los está mirando”. “Es importante que conozcan que los jóvenes, la generación para la que están tomando medidas, ya que las decisiones que están tomándose ahora van a impactar fuertemente en nuestro futuro, estamos ahí, siguiendo muy de cerca lo que están haciendo”, manifestó Gastón Tenembaum en una entrevista con Infobae.
“Es fundamental que exista una juventud comprometida que participe de la COP26″, aseguró Gastón Tenembaum, cofundador de Jóvenes por el Clima Argentina (JOCA). Actualmente estudia la licenciatura en Ciencias Ambientales en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y trabaja como columnista y panelista de ambiente en el programa Alta Voz, en la TV pública. Su compañera de viaje, Mercedes Pombo, es referente de JOCA y co-conductora del programa Qué mundo nos dejaron, en la Nacional Rock, y estudiante de Filosofía en la UBA.
Sobre los motivos que los llevaron a crear este movimiento, el joven aseguró que fue “el cambio climático, porque lo que hace es amplificar las desigualdades que ya existían antes; es decir donde hay pobreza va a haber más, donde hay falta de acceso al agua potable o los alimentos va a haber una mayor falta, y donde hay problemas de salud o de vivienda se van a multiplicar”.
“Eso es porque el cambio climático trae por ejemplo sequías, que dificultan el acceso al agua potable y los alimentos, inundaciones por las lluvias intensas y más frecuentes y las subidas del nivel del mar y eso complica la situación de habitabilidad de un montón de personas de zonas costeras sobre todo”, amplió Gastón. En ese punto hizo referencia a las temperaturas inusualmente altas que hubo en Buenos Aires y gran parte del país la semana pasada: “Esas olas de calor con el cambio climático aumentan y eso es un problema para la salud de muchas personas (sobre todo los más grandes y los más chiquitos)”, aseguró Tenembaum a Infobae.
Para él, “esto tiene que ver con la pandemia, que también vino a amplificar las desigualdades y los problemas que la humanidad ya tenía”. “Y a diferencia de lo que representa una enfermedad, el cambio climático puede ser más peligroso para la humanidad por sus consecuencias y más problemático porque no se soluciona con una vacuna”.
– ¿Qué situaciones, hábitos y costumbres cotidianas empeoran y contribuyen al problema ambiental?
– Mercedes Pombo: La principal causa del calentamiento global es el crecimiento de actividades que emiten gran cantidad de gases efecto invernadero, como la quema de combustibles fósiles. En este sentido, nuestro modelo de consumo y producción en su totalidad, al depender de una matriz energética que se sustenta en combustibles fósiles contribuye a empeorar la situación. Hay una contribución individual al cambio climático y diversas acciones que podemos llevar adelante desde la cotidianidad, como utilizar medios de transporte sustentables, pero es necesario llevar adelante reclamos y movilizarse por transformaciones estructurales: actualmente 100 empresas son responsables del 71% de las emisiones a nivel global.
En ese sentido, Tenembaum reconoció que, “el cambio climático es un problema estructural que se tiene que resolver con políticas públicas con transiciones muy grandes tanto culturales como industriales, pero siempre se puede aportar algo desde el lugar de cada uno y ayudar a resolver esta problemática”.
Y destacó: “Algo de lo que podemos hacer, desde lo más grande a lo más pequeño, primero siempre está la opción de hablar con nuestros padres, amigos, conocidos acerca de lo que está pasando, como también militar en alguna organización o hacer activismo y si no, por ejemplo, yendo a acciones del día a día, cuando uno va a hacer una compra de un electrodoméstico elegir los que tienen etiqueta A, que tienen mayor eficiencia energética, que si bien en un principio son más caros, a la larga, como tienen menor gasto energético son más baratos porque se paga menos de energía”.
“Otra cosa es no usar energía cuando no la necesitamos, comprar alimentos en lugares cercanos, intentar comprar alimentos que hayan sido producidos cerca de nuestra casa y no que hayan viajado varios kilómetros, y otra cosa importante es reducir el consumo de carne”, agregó.
– ¿Es posible detener el cambio climático?
– Gastón Tenembaum: Es posible detenerlo y también amortiguar sus efectos, tanto con medidas de adaptación (a los cambios que vienen) como de mitigación (en relación con las medidas para reducir la cantidad de gases de efecto invernadero que emitimos a la atmósfera). Si coordinamos, y hay voluntad política y social es posible hacer que sus impactos sean menos fuertes.
Sobre la Ley de Humedales y la educación ambiental en la Argentina
Desde JOCA, los jóvenes bregan por la necesidad de sancionar la Ley de Humedales e implementar la Ley de Educación Ambiental recientemente aprobada en el país.
Los humedales son zonas de tierra inundadas de forma temporal o permanente, que hacen posible la vida en la Tierra. El 40% de la biodiversidad mundial vive o se reproduce en ellos, por tanto, es clave conservarlos para frenar la extinción masiva de especies. Además, son grandes filtros depuradores y reservorios de agua dulce. Amortiguan los impactos de las lluvias y almacenan más carbono que ningún otro ecosistema, por eso son grandes aliados en la lucha contra el cambio climático.
Se estima que en los últimos 300 años desapareció el 87% de los humedales del planeta. Y aunque miles de personas en la Argentina -y el mundo- dependen de estos ecosistemas para tener agua potable y comida, aún hoy existe una escasa conciencia sobre la importancia que tienen para la vida de todos los seres vivos del planeta.
“Los humedales aportan una gran cantidad de servicios ecosistémicos, que son procesos naturales de los que se beneficia la sociedad. Son grandes suministros de agua dulce y alimentos, previenen inundaciones, albergan un gran porcentaje de la biodiversidad mundial y absorben aún más CO2 que los bosques, por lo que juegan un rol central en la mitigación del cambio climático. Por eso es fundamental que exista legislación que proteja estos ecosistemas esenciales”, explicó Pombo y enfatizó en el apoyo que dan al tratamiento de la norma que está por perder estado parlamentario, ya que se presentó en el Congreso de la Nación hace casi dos años y no fue tratada en el recinto (tiene dictamen de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano y espera lo propio de la Comisión de Agricultura).
El principal objetivo de la ley es hacer un inventario nacional de los humedales existentes: conocer dónde están y qué características tienen, para luego definir qué actividad se pueden llevar adelante en cada ecosistema.
Por otro lado, la ley de Educación Ambiental fue promulgada a mediados de este año por el Gobierno Nacional. La norma establece el derecho a la educación ambiental integral como una política pública nacional, y aborda tres ámbitos de la educación: el formal -el sistema educativo tradicional de escuelas y universidades-, el no formal -organizaciones de la sociedad civil- y el informal -medios de comunicación-. La Ley visibiliza las perspectivas locales, muestra claramente la responsabilidad de los gobiernos y hace partícipe a la comunidad educativa de los contenidos curriculares.
“El problema ambiental se hace más presente a medida que pasa el tiempo -coincidieron los jóvenes-. La educación en estos temas es imprescindible para generar la transformación cultural que permita detener el cambio climático. Es un derecho de todos los chicos y las chicas acceder a educación en materia ambiental”.
– ¿Por qué es importante impulsar la agenda de cambio climático en Argentina?
– Mercedes Pombo: El cambio climático es una problemática que afecta transversalmente a todos los países del mundo. Un ejemplo concreto de cómo estos fenómenos pueden impactar al país es la sequía que afectó al país entre 2017 y 2018 que según un informe de la organización Christian Aid estuvo entre las diez catástrofes más caras a nivel mundial.
– ¿Cuáles pueden ser las principales consecuencias del cambio climático en el país?
– Mercedes Pombo: Esta problemática impacta de manera distinta dependiendo de la región. En la región Centro del país las principales consecuencias serán sequías prolongadas acompañadas por olas de calor. En CABA y Gran Buenos Aires los principales problemas serán inundaciones, olas de calor y avance de vector de enfermedades como el dengue, mientras que la región de Cuyo se verá afectada por el estrés hídrico. En el Litoral y La Pampa húmeda el aumento de la temperatura media global implica más sequías y olas de calor, al mismo tiempo que aumentará la intensidad de las lluvias provocará más inundaciones.
Jóvenes por el Clima Argentina es una organización socio ambiental, que surgió a principios de 2019 en el marco de las movilizaciones masivas que se estaban gestando en distintas partes del mundo encabezadas por la activista sueca Greta Thumberg.
Desde su conformación convocó a las primeras movilizaciones contra el cambio climático en la Argentina, además de incidir a nivel parlamentario. Si bien la organización se inserta dentro del movimiento internacional busca reivindicar expresiones locales de lucha contra el calentamiento global. Hoy dos de esos jóvenes argentinos está en Glasgow, parque que los líderes mundiales que toman las decisiones sepan que “los están mirando”.