Los guardaparques se dedican a cumplir con un mandato de la Constitución de la República Dominicana que establece que la vida silvestre, las unidades de conservación que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y los ecosistemas y especies que contiene, constituyen bienes patrimoniales de la Nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles.
Contribuyen con el cumplimiento de la Ley de Áreas Protegidas (202-04) que establece que es imprescindible garantizar la conservación y preservación de muestras representativas de los diferentes ecosistemas y del patrimonio natural y cultural de la República Dominicana.
Las áreas protegidas dominicanas son un patrimonio que resguarda las riquezas naturales y culturales dominicanas para asegurar la permanencia y optimización de los servicios ambientales y económicos que estos ecosistemas ofrecen a la sociedad dominicana.
El Grupo Jaragua propuso al Ministerio de Medio Ambiente la instauración del 31 de julio Día del Guardaparque Dominicano, en reconocimiento a la dedicada y sacrificada labor que realizan en condiciones incluso muy precarias y riesgosas.
Este día tan especial también sería propicio para reconocer de manera póstuma a quienes han aportado su vida en el cumplimiento del deber.
El Día Mundial del Guardaparque fue declarado el 31 de julio de 1992 por la Federación Internacional de Guardaparques (IRF) para enaltecer su labor y su compromiso para mantener y proteger los tesoros naturales y culturales del mundo, así como para rendir homenaje a los caídos en el cumplimiento de su deber.
Este día es reconocido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por la Secretaría de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), y múltiples organizaciones dedicados a la conservación del medio ambiente.