En fecha 19 de octubre de 2009, el señor Presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, dictó el Decreto 571-09 en el cual creó 32 nuevas áreas protegidas, alguna de las cuales en franca contradicción con la recién promulgada Constitución de la República. Al parecer, el primer mandatario fue sorprendido en su buena fe por funcionarios de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARENA); verdaderos “facultos o cienciólogos” como se les denomina en el Cibao a quienes sugirieron tan aberrante utopía.
Lamentamos tener que referirnos de manera poco galante al nombre de Aniana Vargas, a quien conocimos y respetamos por sus ideas vanguardistas en cuanto a la defensa de la biodiversidad y el medio ambiente. Además, somos amigos de su hermano el héroe nacional Mayobanex Vargas, reconocido también por su dedicación al cultivo de cafetos en la zona de Bonao. Sin embargo, consideramos que Aniana no hubiese permitido, de estar viva, que agricultores y sobre todo cacaoteros, sean despojados o inhabilitados para seguir cosechando el más noble de los productos nacionales. El árbol del cacao, como escribiéramos una vez, será el responsable en el futuro de que en la República Dominicana abunde el más elemental y necesario de los bienes humanos: el agua. Gracias a ese bosque cacaotero fluye este líquido aguas abajo para regar los arrozales, platanales, bananos, viandas y hortalizas.
El Decreto de marras, fue defendido a ultranza por el subsecretario de Áreas Protegidas Eleuterio Martínez, de SEMARENA, en el distrito municipal Caballero, provincia de Sánchez Ramírez (Periódico HOY, edición lunes 8 de febrero) y quien se auto-proclamó autor de tan disparatado disgregativo. Me contaron personas que estaban presentes, que este “altanero” funcionario les dijo a los productores, no sólo de cacao, sino de todos los productos enmarcados en el referido decreto, que no podían cosechar, podar, sembrar o limpiar sus fincas o parcelas, sin una autorización escrita de SEMARENA, lo cual convierte a este precepto presidencial en un virtual decreto de expropiación, sin haber llenado los trámites legales para que se opere la misma. Gracias a la pronta intervención del religioso Ramón Ramos (Padre Nino) salió indemne y no pagó caro por tan descarada insolencia.
Los cacaocultores afectados por esta disposición gubernamental no están solos y debemos recordarle al partido en el poder, que suman más de 38,500 las fincas dedicadas a este cultivo y en consecuencia, más de 350,000 dominicanos, que viven directa o indirectamente del cacao, estarán en pie de guerra defendiendo a como dé lugar a sus congéneres.
Desde el punto de vista científico, habría que enrostrarle a este “académico” que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tanto en sus definiciones sobre “Áreas Protegidas” como en los “Objetivos de Manejo de las Áreas Protegidas”, no aparecen las medidas drásticas tomadas por este ilusorio en el Parque Nacional Aniana Vargas, y en donde los productores de cacao fueron instruidos por la GTZ alemana por intermedio de la Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (CONACADO) y también respetan la disposiciones de la Rainforest Alliance.
Por tener limitado este espacio, tendremos que concluir solicitando encarecidamente al señor Presidente de la República que limite, en cuanto a este parque se refiere, la zona del embalse de Hatillo y las cuevas de los aborígenes. Al autor del Decreto le recuerdo su amarga experiencia en la defensa de la Cementera de Los Haitises. En adición, conforme al “vox populi”, detrás de todo esto está la empresa minera Barrick Gold, de lo que no tenemos constancia fehaciente, pero si nos comprometemos investigar su veracidad. Por eso, hay que disgregar a tiempo los lobos con disfraces de ovejas y referirse a la cita bíblica “por sus hechos los conoceréis”.
Por: JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Hoy Digital