El pasado miércoles, la empresa procesadora del níquel de Bonao anunció el cierre de sus operaciones por el derrumbe de los precios del metal en los mercados internacionales, lo cual de inmediato arrojaría a las calles a más de 800 trabajadores, que habían vuelto a trabajar desde su reapertura hace dos años.
Las razones visibles de la decisión de la empresa, establecida en Bonao desde 1969, son las de un mercado con precios deprimidos y con unos costos de producción por encima de los precios de venta, que ya venía arrojando pérdidas desde hace más de un año, pero era aguardando la decisión oficial para permitir el inicio de la explotación del yacimiento de Loma Miranda, lo cual le hubiese permitido a la empresa recuperarse de las pérdidas de los pasados meses.
La rabiosa oposición de un variado calidoscopio de grupos variopintos de diversos intereses, desde los dedicados a observar las enseñanzas cristianas hasta las que todavía perduran como un anacronismo de la historia dominicana, que persisten en sostenerse en torno a lo que el comunismo predicaba en sus momentos de gloria, felizmente para el mundo concluidos hace ya 22 años, lograron que se formase una corriente de opinión que llevó a los políticos en diversos estamentos estatales como en el Congreso Nacional a declarar como parque nacional a Loma Miranda.
Se ha querido presentar a Loma Miranda como algo vital para la ecología nacional, y se han creado muchas premisas falsas, en base a los clichés izquierdistas para embobar a los ilusos, que van desde los 300 ríos hasta que permite que los vientos alisios refresquen el valle de La Vega Real y que la poca agua de su cuenca es vital para el Camú.
Lo que hay en Loma Miranda son muchas cañadas secas de sus mini cuencas, que recogen agua en tiempo de lluvias. Tan solo el río de Fula con Jayaco, y el que alimenta el balneario Acapulco, son las dos fuentes permanentes con un cierto caudal fijo durante el año. El río Bayacanes no forma parte de esa cuenca y por igual el Jima que sirve de alimento a la presa de Rincón.
Hay que quitarse el sombrero con el triunfo de los ecologistas, en sus empeños en satanizar las pretensiones de extraer el mineral de Loma Miranda, que hasta un prestigioso obispo es el principal abanderado de alejar a los depredadores extranjeros de sus predios. Entonces, resultará descabellado pretender que los ecologistas y obispos permitan la construcción de la carretera San Juan-Santiago, que esa sí produciría daños mortales al país y a su macizo Central de montañas y ríos, al destruir parcialmente dos parques nacionales.
Pese a que Bonao tiene otras fuentes de riqueza como las basadas en su agricultura y pecuaria, las operaciones de la minera ha contribuido enormemente a transformar la fisonomía y hábitos de la comunidad, que por su estratégica ubicación debería ser el centro de distribución para todas las grandes empresas que le sirven al Cibao y al Nordeste, y a la vez se fortalezca el cultivo del tabaco, que una prestigiosa empresa de origen cubano, y famosa a nivel mundial, cultiva en Caribe las hojas aromáticas más preciadas para producir uno de los mejores cigarros del mundo. Y eso al pie de las chimeneas de la planta metalúrgica, que por años, se denunciaba por su contaminación en la zona.
Ojalá que la paralización de la producción de ferroníquel no sea por largo tiempo, distinto al último paro de casi dos años que afectó parcialmente negativamente a Bonao, ya que parte de ese personal cesanteado encontró ubicación en las tres plantas metalúrgicas ubicadas en las cercanías de Bonao, una en Pueblo Viejo, Cotuí, otra en el embalse de cola de la antigua mina de la Rosario y otra en Maimón.
Vía: http://hoy.com.do