Por: Solange de la Cruz Matos
En los países nuestros tenemos que tratar de adaptarnos al cambio climático. El mayor peso debemos dárselo a desarrollar investigaciones, unirnos, desarrollar cooperación, para ver cómo podemos reducir nuestras vulnerabilidades”.
La consideración es de Ida Pedroso Herrera, de la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencias, Tecnologías y Medio Ambiente de Cuba, quien estuvo en el país recientemente.
La especialista expone que ante las nuevas condiciones del clima, su país trabaja en la creación de políticas que permitan enfrentar los cambios que ya se observan y los que muestran los modelos de proyección.
En ese sentido, dijo que a través del ministerio al que pertenece desarrollan dos macro proyectos. Uno de ellos estudia los peligros, vulnerabilidades y riesgos de desastres, así como el impacto ambiental que provocan.
“Ese estudio se está haciendo por directiva del gobierno en todo el país. Con las medidas de adaptación buscamos reducir vulnerabilidades, para lo cual tenemos primero que saber en qué somos vulnerables”, precisa.
El estudio se hace en cada provincia y se confeccionan mapas para conocer el territorio afectado. Indica que “la combinación de peligro con vulnerabilidad indica el nivel de riesgo para identificar donde poner la mayor cantidad de recursos, donde evacuar más personas y donde debe tener mayor preparación”.
Entre los principales peligros identificados cita huracanes, tormentas tropicales, inundaciones por intensas lluvias y con penetración del mar, incendios forestales (rurales) y sequias.
Dijo que mediante ese proyecto evalúan las estructuras, sobre todo de las viviendas y de las redes de comunicación, como carreteras, y los sistemas de evacuación, y hacen estudios de inundación de todas las cuencas del país.
También investigan los impactos a la biodiversidad y a las áreas protegidas, la vulnerabilidad de los sectores económicos y la percepción y comportamiento de la población ante esos fenómenos.
“Este estudio de peligro, vulnerabilidad y riesgo como adaptación al cambio climático nos permite integrar conocimientos aportados por diversas ramas de la ciencia. Los grupos que se crearon para esta investigación son multidisciplinarios e intersectoriales, y todo está montado sobre sistemas de información geográfica, una herramienta muy útil porque permite ver varios fenómenos a la vez, interactuar y actualizarlo”, precisa.
Escenarios proyectados
Pedroso Herrera indica que el otro macroproyecto que desarrollan es la creación del mapa de escenario y vulnerabilidad del ascenso del nivel medio del mar para el 2050 y el 2100 (del que ya han salido dos versiones), conformado por 12 proyectos.
Con el mismo pretenden determinar qué cantidad de territorio perderá Cuba cuando el mar haya subido hasta el nivel que proyectan los modelos para los años indicados, como consecuencia del cambio climático.
Refiere que, entre otras cosas, ese estudio les permitirá conocer las instalaciones que hoy están ubicadas en zonas que quedarán inundadas, e ir preparando su reubicación, así como no realizar nuevas construcciones en esas áreas.
De esos 12 proyectos de estudios hace alusión a los de protección de la costa desde el punto de vista natural; de los manglares, para saber donde tienen que tomar medidas para restaurarlos, protegerlos y hacerse más resistentes a la sobreelevación del mar; de las playas, para conocer su nivel de vulnerabilidad y exposición, y de los corales y arrecifes.
Además están el de planificación y ordenamiento territorial, el de salud y el de la elevación de la cultura de la sociedad ante el cambio climático, para lo cual emiten programas y boletines, dictan charlas y desarrollan otras actividades educativas.
Tareas ante el cambio climático
Un recurso que resultará sensiblemente afectado es el agua. Pedroso Herrera prevé que con la sobreelevación del nivel del mar aumentará la salinización de los acuíferos, por lo que deberán tomar medidas para la protección de la calidad del agua, y para el perfeccionamiento de los sistemas de alerta temprana a la sequía y a las inundaciones, y reevaluar los diseños y las normas técnicas constructivas para las nuevas obras hidráulicas, buscando una mayor eficiencia.
Sugiere el uso de tecnologías que no sean tan contaminadoras de la atmosfera y proteger los bosques, los que son fuentes de agua y consumidores de dióxido de carbono.
“Ellos constituyen un elemento fundamental en la adaptación al cambio climático. Debemos implementar medida que se encaminen a lograr una especialización en la reforestación de diferentes ecosistemas, que incluyan variedades adaptables, y lograr un reordenamiento forestal incrementando los índices de supervivencia y el logro de plantaciones”, precisa.
Otros desafíos son identificar los ecosistemas más vulnerables y las áreas protegidas, establecer prioridades de conservación y protección de las especies nativas a nivel local, que tengan un valor económico, ambiental y social, y hacer una rehabilitación y restauración de los ecosistemas degradados por los efectos antropogénicos.
Sectores económicos
También coloca entre las tareas pendientes alcanzar que la agricultura sea sostenible y reorientar el turismo.
En ese tenor, sugiere hacer un manejo de la tierra con buenas prácticas agrícolas, y un reordenamiento de las áreas agrícolas atendiendo a la regionalización de los cultivos y a la agroproductividad de los suelos y disponibilidad de agua; obtener mediante investigaciones científicas variedades resistentes a condiciones climáticas extremas, como prolongadas sequías y grandes inundaciones, y a plagas.
Con relación al turismo, que en el Caribe está muy orientado al aprovechamiento de las playas, sugiere la diversificación de la oferta, como sería el ecoturismo y el turismo de naturaleza, así como un manejo integrado costero, en aras de preservar el complejo de vegetación de la costa arenosa, los manglares y las dunas, que tienen la función de salvaguardar las costas.
Las consideraciones de la experta internacional están contenidas en la conferencia magistral “Estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático en países en desarrollo”, la que dictó ante un multidisciplinario auditorio.
El otro disertante internacional fue Rafael Méndez Tejada, catedrático de la Universidad de Puerto Rico en Carolina, y quien abordo el tema “Cambio climático y sus efectos en la biodiversidad del Caribe”. La actividad fue organizada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ministerio Ambiente), en coordinación con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI).
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ACCIONES DE MITIGACIÓN
En Cuba se experimenta una revolución energética, tarea que se enmarca en las acciones de mitigación al cambio climático, indica la experta Ida Pedroso. La misma ha consistido en ir creando en la población conciencia respecto a la importancia del uso eficiente de la energía, y en acciones como el cambio de electrodomésticos y bombillos incandescentes por otros ahorradores.
“Todos los equipos que existían en las casas y en las industrias que eran poco eficientes se fueron sustituyendo, y ya no usamos bombillos incandescentes, que consumen tanta energía. Esos bombillos se suprimieron en Cuba”, asegura.
A ello se suman los campos de energía eólica en el oriente del país, las celdas solares, la biomasa y la hidroenergía.
Además, rehabilitan las redes eléctricas buscando eficiencia, y han establecido un sistema de generación distribuida (basado en baterías), que permite que en temporada de ciclones se mantenga el servicio energético.
Via: Listín Diario