Por: Eleuterio Martínez
P. Profesor, por fin concluyó en México la Décimo Sexta Conferencia de las Partes sobre la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambios Climáticos ¿podría indicarnos a cuáles acuerdos se arribaron y qué puede celebrar la humanidad?
R. Realmente todavía no ha concluido la COP 16. Es cierto que finalizó la sesión de Cancún – México, celebrada entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre, pero ese solo fue el segundo capítulo de la telenovela que comenzó hace un año en Copenhague – Dinamarca (octubre 2009). La humanidad todavía sigue en vilo, porque el año que viene (2011), se celebrará la tercera ronda de negociaciones en __ Sudáfrica, donde se espera que se arriben a verdaderos acuerdos vinculantes. En Dinamarca a la humanidad se le frustraron los sueños de un “Gran Consenso Mundial Sobre el Clima”, impulsado por las Naciones Unidas y que sustituyera el “Protocolo de Kyoto” a su vencimiento en el 2012. La fórmula salvadora del fracaso total, fue “un acuerdo de mínimos”, presentada por Estados Unidos y 28 naciones, más el apoyo implícito de otras 158 naciones y el rechazo de 5 naciones que conformaban el Bloque Bolivariano: Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, al que se sumó Sudan.
Este “acuerdo de mínimos” sobre el cambio climático adoptado por 188 naciones con 5 en contra, fue un compromiso para completar el trabajo de un nuevo pacto global que se firmaría en México para finales del 2010, pero como eso no ocurrió, habrá que celebrar un nuevo encuentro en Sudáfrica para el 2011. Los 194 países que acudieron a esta segunda ronda de negociaciones, han establecido como objetivo, con la reserva de Bolivia, la reducción antes de 2020 de los gases de efecto invernadero entre un 25 y un 40% con respecto a los niveles de 1990. Este compromiso es para aquellos países que están vinculados legalmente por el actual Protocolo de Kyoto, que expira en 2012.
En la práctica se estima que es un acercamiento hacia una prolongación del protocolo durante ocho años más, aunque los países se han negado a renovarlo automáticamente. Si se adoptase el «acuerdo de Cancún», sería más ambicioso que el Protocolo de Kyoto, firmado en 1997, que establecía una reducción del 5 por ciento de las emisiones. Vamos a cruzar los dedos para que así sea y realmente la humanidad tenga algo que celebrar al concluir la tercera ronda de negociaciones de Sudáfrica.
Via: Hoy Digital