Los países en desarrollo echaron el martes un jarro de agua fría, en el segundo día de la cumbre sobre el clima de Copenhague, al asegurar que el borrador de la presidencia danesa amenaza el éxito de la reunión, pese al optimismo del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
El documento de Dinamarca, que empezó a ser difundido el martes, constituye «una grave violación que amenaza el éxito del proceso de negociaciones de Copenhague», declaró Lumumba Stanislas Dia Ping, el jefe de la delegación de Sudán, país que preside actualmente el G77, que agrupa a 130 países en desarrollo, entre ellos numerosos latinoamericanos y China.
La presidencia danesa de la cumbre desmintió la existencia de «un documento secreto» para lograr un acuerdo y dijo que el texto que empezó a ser difundido «era únicamente un borrador».
Pese a la tensión que estalló tras sólo 24 horas de reunión, Ban Ki-Moon se declaró optimista.
«Me siento alentado y optimista», afirmó el secretario general de la ONU desde Nueva York. «Espero un acuerdo robusto en Copenhague que sea efectivo inmediatamente y que incluya recomendaciones específicas», subrayó.
En la segunda jornada de la reunión, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que la primera década del siglo XXI será «la más calurosa que se haya registrado» desde 1850, año en que comenzaron los relevos instrumentales.
«Hay una tendencia al calentamiento, no hay dudas sobre eso», declaró Michel Jarraud, secretario general de la OMM, quien adelantó que el año 2009 ocupará el quinto lugar en la clasificación de los años más calurosos.
Por su lado, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) indicó en Ginebra que las migraciones causadas por los cambios climáticos y la degradación del medio ambiente «ya comenzaron».
Divididos
La discusión sobre el reparto de los esfuerzos tendientes a reducir masivamente los gases de efecto invernadero continuaban en el centro de conferencias Bella Center, lugar de confluencia de más de 15.000 delegados.
El lunes, poco después de la apertura de la conferencia, la agencia estadounidense de protección del medio ambiente EPA alentó el optimismo de los delegados al calificar de seria amenaza para la salud los gases de efecto invernadero, lo que abre la vía a una regulación de sus emisiones.
«Hay una especie de ping-pong entre China y Estados Unidos», comentó un negociador occidental a propósito de los sucesivos anuncios de los dos países más contaminantes del planeta.
Por su parte, los países europeos siguen divididos a propósito de un aumento de su compromiso de reducción de emisiones de gas que podría pasar de 20% a 30% de aquí al año 2020 si se llega a un acuerdo ambicioso en la cumbre.
El acuerdo no es vinculante
El consejero económico del Kremlin, Arkadi Dvorkovich, dijo que en la cumbre de Copenhague no se logrará un «acuerdo vinculante» sino «una declaración política, una serie de declaraciones nacionales y una hoja de ruta para futuras negociaciones».
También seguía discutiéndose la cuestión de la financiación de la adaptación de los países más vulnerables por los países desarrollados.
«Necesitamos compromisos firmes, cifras y un calendario», explicó a AFP Bruno Sekoli, delegado del pequeño reino de Lesotho, ex presidente de los Países Menos Avanzados (PMA), que elogió un proceso «abierto, activo, dinámico».
A su vez, el director general de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Nobuo Tanaka, advirtió que un fracaso de la conferencia costará 500.000 millones de dólares anuales a la economía mundial.
«Si no se toman medidas inmediatas para reducir las emisiones de CO2, se necesitarán 500.000 millones de dólares de inversiones adicionales para recuperar el atraso y volver atrás en el recorrido» que permita limitar el alza de la temperatura mundial en dos grados más, declaró Nobuo Tanaka.
Via: ADN Mundo