P.- En las laderas del Pico Diego de Ocampo, tocando los límites del área protegida, la Iglesia Católica comenzó a construir la Ciudad de la Misericordia, ¿por qué hay que subirse a la montaña a levantar viviendas que van a eliminar una masa forestal tan importante como los bosques del pico más alto de la Cordillera Septentrional, con tanto espacio deforestado que existe justo entre Villa González y el Monumento Natural?
R.- Una aclaración como punto de partida, no es la Iglesia Católica que quiere construir la “Ciudad de la Misericordia” en el Diego de Ocampo, es un error atribuir desaciertos de un miembro con la institución, sino un cura que ha comprado terrenos dentro y fuera del área protegida, con conocimiento de causa y apoyado en sectores que siempre han querido hacer negocios con este Monumento Natural creado por la Ley 202-04, pero que goza de Protección Oficial desde 1962, con la categoría de “Zona Vedada”, una de las primeras áreas protegidas del país con casi 50 años de historia. Diego de Ocampo es uno de los espacios más privilegiados de la geografía dominicana, sus atractivos nunca han pasado por alto los intereses de promotores inmobiliarios, consorcios y empresarios que han visto allí su mejor espacio para hacer fortunas. Por estas razones, no debe sorprender a nadie proyectos de esta naturaleza que vienen a sumarse a otros tantos anunciados en el pasado y aquellos que todavía están en carpeta. Aprovechar las potencialidades naturales y su habilitación para un uso público, a través del ecoturismo y la educación ambiental, son tareas inmediatas que no pueden seguirse posponiendo.
Pero Diego de Ocampo no solo tiene atractivos paisajísticos y cuencas visuales que permiten apreciar desde su cima la inmensidad del Valle del Cibao y las sinuosidades del Yaque, sino que históricamente, esta montaña ha sido un icono para la ciudad de Santiago y un punto de referencia para ilustrar la biodiversidad y la singularidad de la Cordillera Septentrional, de la cual es su mejor exponente y quien mejor define las características únicas o que no posee ningún otro sistema de montaña del territorio nacional, pues se trata del primer muro que se le opone a los vientos alisios que determinan el comportamiento del clima de la isla. Nadie tiene derecho a atentar contra un emblema de la región cibaeña y la nación dominicana.
Eleuterio Martínez
Hoy Digital