P.- Profesor, no hemos visto el anuncio oficial sobre el inicio de la Temporada de Ballenas; teníamos entendido que la misma comenzaba el 15 de enero, pero la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales no ha informado nada, ¿qué ha pasado?
R.- Es cierto, en enero se inicia la Temporada de Ballenas, la cual se extiende hasta el mes de abril y aunque no se ha hecho ningún anuncio oficial, en Samaná todo el mundo se está preparando para recibir a las distinguidas visitantes que provienen del Atlántico Norte. A comienzo de este mes asistimos al encuentro con los Tours Operadores, las compañías propietarias de embarcaciones, capitanes de barco, técnicos y vigilantes, para discutir las reglas y normativas a observar durante la temporada.
Aunque muy pocas personas se enteran, previo al inicio de cada temporada, es preciso realizar un amplio operativo técnico y logístico para que Samaná, nuestra “Provincia Ballenera”, en medio de su inmensa riqueza biológica, diversidad paisajística y recursos naturales, conserve el “elemento emblemático“ de su pujante desarrollo turístico: la ballena.
Para garantizar la integridad de esta puerta ancha que Samaná le abre al mundo y en particular, para la observación de uno de los mamíferos marinos más carismáticos del planeta, es necesario tener la conciencia de la fragilidad de este recurso y de las medidas que todos tenemos que adoptar para no matar la “gallina de los huevos de oro”.
Es cierto, junto con los turistas, el comercio, los hoteles, tours operadores, dueños de embarcaciones, guías turísticos y técnicos que en estos momentos se preparan para aprovechar esta temporada tan esperada, las ballenas también comienzan a llegar o aproximarse a las costas de Samaná. Sin embargo, los primeros días de su estadía en las agradables y cálidas aguas dominicanas, las ballenas los aprovechan para parir y darle los primeros cuidados maternales a sus criaturas, razón por la cual, es recomendable esperar a febrero, cuando los neonatos ya han cumplido sus primeras semanas de vida, para que los “ecoturistas” se aproximen a observar el espectáculo de indescriptible belleza que nos brindan estos enormes cetáceos.
Este año nos empeñamos en afinar los mecanismos de protección, para que la desaprensión y el deseo de ver muy de cerca las ballenas, no se conviertan en hostilidad y esta temporada sea para observarlas, no para perseguirlas. El éxito depende de la responsabilidad colectiva de los actores: turistas, operadores y autoridades.
Por: Eleuterio Martínez
Hoy Digital