P.- Profesor, momentáneamente se ha detenido la fabricación de carbón en los bosques dominicanos fronterizos con Haití, pero la gente sigue viviendo allí y alguna alternativa de subsistencia tienen que encontrar, ¿sabe usted lo que está pasando con el Guaconejo?
R.- Claro que he seguido muy de cerca la problemática del Guaconejo y su trasiego por la frontera, no para su consumo en Haití, sino para su exportación. Para quienes desconocen el valor de este árbol de pequeño y mediano porte del bosque seco y el bosque transicional seco – húmedo, conocido en el nombre técnico Amirys elemifera, se trata de una planta aromática, de cuyas raíces, corteza y tallo se desprende un aroma muy exquisito que ya la industria de los perfumes ha descubierto y se prepara para su comercialización a nivel internacional.
Hasta ahora el Guaconejo se utilizaba para varios fines, principalmente en la medicina popular o tradicional, el cual todavía se procesa de manera artesanal, pero dada su actual demanda en los mercados europeos, principalmente en Francia, ha comenzado a ser depredado en las laderas montañosas de la Sierra de Bahoruco, Sierra de Neiba, parte de la vertiente Sur de la Cordillera Central y en menor escala, en la Sierra de Martin García.
Para que se tenga una idea de lo lucrativa o atractiva que resulta esta actividad, ya los exportadores están pagando hasta 6 euros por cada tronco seco de Guaconejo que reciben y desde hace algunos años, los camiones que transitan por el entorno de la Hoya de Enriquillo y luego se internan en Haití, es común verlos pasar llenos de palos secos, que simulan ser leña para el uso domestico. Bajo este argumento, era normal que los camioneros pasaran su mercancía sin mayores problemas por los puntos de chequeo de la frontera.
Hay que reconocer que el Cuerpo de Especializado de Seguridad Fronteriza (CESFRONT), ha logrado reducir esta actividad a su mínima expresión, con el refuerzo que actualmente han recibido de las Fuerzas Armadas, pero como una medida de seguridad a largo plazo, con miras a salvar esta especie botánica de tanto valor, en la región Sur se han creado varios Parques Nacionales y Reservas Biológicas, donde el Guaconejo es uno de sus valores primarios, como los parques nacionales Anacaona, Francisco Alberto Caamaño Deñó y la reserva biológica Loma Charco Azul. Estas nuevas áreas protegidas tienen en su conjunto una superficie superior a los 1,200 kilómetros cuadrados.
Por: Eleuterio Martínez
Hoy Digital
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