Consultorio Ecológico con Eleuterio Martínez

P.- Señor Martínez, ¿significa entonces que con la privatización de las playas y otros derechos que les son conculcados a los dominicanos en la nueva constitución que los actuales legisladores darán a luz próximamente, resulta obsoleta o inaplicable la franja de los 60 metros del litoral costero que la Ley 305 de 1968 establecía como de dominio público?

R.– Pero no solamente la Ley    305 – 68 que declara de dominio público la franja costera de los 60 metros, pierde fuerza de contenido y se le mata el espíritu, sino la Ley 632 – 77 sobre la protección de las fuentes de agua e inextenso la Ley 64 – 00 sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, entre otras disposiciones vigentes que constituían el estandarte de las conquistas ambientales que había alcanzado la Sociedad Dominicana.

Es probable que la mayoría de los dominicanos, envueltos en la cotidianidad y la lucha por la supervivencia no nos percatemos de la trascendencia que significan los cambios que en materia ambiental se le están introduciendo a la constitución dominicana. Es posible que muchos no entiendan que con la sacralización de la propiedad privada de espacios del dominio público o su entorno, la patria se hace más chica y más limitada en sus potencialidades para cada hijo de esta tierra.

A partir de la promulgación de la nueva constitución, para la mayoría de los ciudadanos la República Dominicana ya no tendrá 48,670 kilómetros cuadrados de superficie, ni 1,600 kilómetros de costa, pues habrá que restarle Cayo Levantado, Isla Catalina, desde Bávaro hasta Juanillo, desde Uvero Alto hasta Cortesito, casi todo el litoral de Puerto Plata y toda la costa sureste entre La Romana e Higüey, salvo el litoral del Parque Nacional del Este.

Pero no es que los dominicanos tendremos una patria empequeñecida con la nueva constitución, sino que perdemos el derecho al usufructo de nuestras mayores riquezas costeras y en lo adelante, para poder disfrutar de alguna playa de calidad o de un espacio de gran valor escénico, habrá que visitar algún área protegida, si no es que también las perdemos, pues ya el sector privado tiene secuestrada varias de ellas, comenzando por “Costa Azul y Cueva de las Maravillas”, para poner dos ejemplos inequívocos, porque si nos vamos a la Ley 202 – 04, veremos que al Río Chavón se le quitó toda protección y a otras las mutilaron hasta hacerlas inmanejables desde el punto de vista técnico.