P. Profesor, entre los retos que tiene el país por delante, la prensa nos advierte que todavía no está resuelto legalmente el asalto de que fue víctima el Estado y el Pueblo dominicano con la apropiación de Bahía de las Águilas por particulares ¿por qué al Estado le resulta tan difícil recuperar lo que es suyo?
R. Es simple, cuando se trata de riquezas naturales de dominio público con la calidad, la originalidad y la belleza que reúne Bahía de las Águilas y su entorno, a cualquiera se le quita el sueño y casi siempre aviva la ambición de quienes conocen los mecanismos para apropiarse de lo que no es suyo, sino de propiedad un tanto difusa, como lo es el Estado, cuyos dueños reales somos todos los que tenemos la dicha de habitar este terruño.
Mientras alguien no visite y se bañe tranquilamente en sus aguas, tome en sus manos la arena blanca que se deshace bajo la planta de los pies y deje bailar sus pensamientos con el vaivén de las olas que se pierden en la imaginación, cuando ésta trata de alcanzar el horizonte pintado de azul y sin una manchita blanca que al menos le recuerde que está en la Tierra, muy lejos del paraíso celestial; no podrá entender las razones por las cuales Bahía de las Águilas es la más hermosa perla colocada sobre la faz del orbe.
Confieso que aunque tengo 31 años ininterrumpidos (desde 1983) visitando, estudiando y trabajando en Bahía, Pelempito, Beata, Alto Velo, Humedales y Cenotes del Parque Nacional Jaragua y la inmensa alfombra de coníferas y bosques nublados del Parque Nacional Sierra de Bahoruco; cada vez que me asomo al mirador de Bahía o me quedo a pernoctar en la playa para ver cómo el crepúsculo multicolor da lugar a un cielo estrellado e impoluto, creo que es la primera vez que estoy viviendo experiencias tan fuertes que estoy seguro me las llevaré para la próxima existencia.
Estamos a la espera de que el próximo 25 de agosto la jueza Alba Luisa Beard, quien ha instruido el caso de Bahía de las Águilas, litigado entre el Estado y los particulares que quieren arrebatárselo entre las uñas; lea las conclusiones a las que ha arribado. ¡Ojalá el sueño de Piky Lora y de todos los dominicanos, sea debidamente reivindicado reafirmando al Estado como único y legítimo propietario!
Por ELEUTERIO MARTÍNEZ
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