P. Profesor, le escuché decir que los ríos Yaque del Sur, Yaque del Norte y Yuna nacen en una misma montaña, ¿podría aclararnos, pues la geografía dominicana establece que los Yaques sí nacen en una misma loma, en la Rusilla, al Este del Pico Duarte y La Pelona, pero el Yuna nace muy lejos, al Este de Alto Bandera?
R. Si nos atenemos a los conocimientos tradicionales de geografía dominicana, usted tiene toda la razón; pero por cuestiones orogénicas tan singulares y propias de la evolución de una isla oceánica emergida del fondo del Atlántico que hoy se llama La Hispaniola, pero que en tiempos pretéritos era nombrada como “Haití, Quisqueya o Babeque” por los taínos, nuestros aborígenes.
Sucede que en ella había un “haití o un haitile”, vale decir, una montaña donde nacen los Yaques y el Yuna, próximo a la cabecera de los ríos Jimenoa y Bahiguate. Esa montaña existe y modernamente ha sido bautizada como “El Paragua”. Y se llama así porque naturalmente es una sombrilla hídrica, donde tienen sus orígenes, vale decir, sus manantiales o escorrentías primarias, los ríos Yuna, Yaque del Norte y Yaque del Sur.
Estoy consciente de que a cualquiera se le rompe la cabeza antes de aceptar una cosa igual, pero es una realidad irrefutable, incontrovertible y una luz de alerta, ya al rojo vivo, pues esta montaña está siendo castigada inmisericordemente por la deforestación para sembrar cultivos de hortalizas donde siempre hubo una alfombra de pinos.
Según la geografía de Santiago de la Fuente, el Yuna (segundo río de importancia de la República Dominicana y el que más agua recoge en tierra firme para depositarla en el mar), nace en los montes banilejos, entre Bonao – San Cristóbal – Ocoa, mientras que tanto el Yaque del Norte (el más grande, el “Nilo” de nuestro país), como el Yaque del Sur (el tercero en importancia, pero la fuente de vida para todo el Sur dominicano), nacen en la loma Piquito del Yaque o loma La Rusilla, en el mismo corazón de la Cordillera Central.
Entre los montes banilejos y La Rusilla (casi 80 kilómetros de distancia), está “El Paragua” (Constanza – Tireo – Manabao) donde curiosamente está la cabecera o nacientes de estos tres ríos que irrigan más del 80% de las tierras agrícolas del país. Allí nace toda esperanza de progreso y supervivencia para los dominicanos. ¡Ojalá se detenga a tiempo este ecocidio…!
Por ELEUTERIO MARTÍNEZ
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