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P. Profesor, ahora que un Premio Nobel de la Paz está apadrinando al río Ozama, a lo mejor se le hace caso y comienza en firme su saneamiento ¿qué le parece?
R. A propósito de Premio Nobel de la Paz y de que el 22 de abril se celebró el Día de la Tierra, nos parece que el río Ozama es un excelente motivo para que los dominicanos y en particular nuestras autoridades, firmemos la Paz con nuestra Madre Tierra, iniciando el rescate de esta fuente acuífera tan importante en el pasado, el presente y el futuro de la capital dominicana.
El Ozama es demasiado importante para mantenerlo agonizando ante nuestros ojos. Este río está íntimamente ligado al cambio de la historia de la humanidad. Sobre sus aguas Nicolás de Ovando ideó la primera metrópolis de América y por su ría se movieron por primera vez, las primeras naves de guerra y de la paz que surcaron los mares y océanos del “continente de la Esperanza”.
Pero lamentablemente no tenemos sentido de la historia y desconocemos que cuando se habla de turismo cultural, el verdadero valor de las cosas reside en el “patrimonio intangible”. El Ozama no es el estercolero que día a día estamos mirando, sino el más grande monumento colonial y el símbolo del ensanchamiento del mundo y la mente de la humanidad.
¡Qué pena que estemos como ausentes de nuestra propia historia y que poco a poco se pierda la fe en el porvenir! Ya estamos cansados de RESURE, de Cinturones Verdes, de Barquitas, de proyectos de saneamientos y cuantas canciones se les ocurre entonar a cada gobierno que asciende al solio presidencial y nunca prende aunque sea una de las tantas propuestas que surgen, las cuales luego se ahogan, no en las turbias aguas del Ozama, si no en la demagogia que acompaña al discurso de quienes inocentemente le otorgamos la confianza de gobernarnos.
Pero el Ozama no va a correr la misma suerte que el Cinturón Verde, que se ha reducido a un añorado recuerdo, porque la desidia no puede borrarlo y aunque contaminado hasta la saciedad, él continuará mostrando nuestra falta de insensibilidad y denunciando nuestra irresponsabilidad con el porvenir y la calidad de vida de los capitaleños.
El Rescate del Ozama, es una apuesta a la Paz con nuestra Madre Tierra y el proyecto ecológico de mayor rentabilidad social.
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Por ELEUTERIO MARTÍNEZ
Vía: http://hoy.com.do/
