P. Profesor, se anuncia el saneamiento del río Ozama y parece que esta vez es en serio. Ya están en camino contratos multimillonarios para las obras contempladas, ¿cree usted que algún día veremos un Ozama limpio, en salud y con aguas transparentes?
R. Lo último que se debe perder es la esperanza, pero es imposible salvar el Ozama con la gente viviendo encima del río. La problemática de la principal fuente de agua de la capital no es la contaminación, sino el drama humano que existe en sus márgenes ribereñas.
Trabajando en la antigua ONAPLAN – Secretariado Técnico de la Presidencia, tuvimos la oportunidad de conocer múltiples proyectos sobre el saneamiento del Ozama, siendo el más importante la propuesta de la empresa francesa SOGREAH a comienzo de los años 90 (Diagnóstico de la Contaminación del Río Ozama, 1991).
Luego con la creación de la Comisión Nacional de Asuntos Urbanos, convertida luego en Consejo, se hicieron los intentos más serios para el rescate del Ozama con el Proyecto RESURE, 1993 y para el 2002, la Autoridad Portuaria de Livorno – Italia, entregó al Gobierno dominicano el más ambicioso proyecto de carácter privado, para convertir el estercolero del Ozama en un verdadero paraíso turístico; pero fue detenido en el Congreso Nacional.
De modo y manera que el Ozama permanece moribundo o en estado de coma, no por falta de estudio, de planificación o de buenos proyectos, sino por falta de decisión o voluntad política para enfrentar el drama humano, con sentido de responsabilidad. Mientras no se resuelva el problema de la gente que vive en estado de vulnerabilidad, en el más alto riesgo y se traslade a un lugar seguro, devolviéndole al río todo el espacio que él mismo ha demarcado como suyo; son sueños, demagogia o intentos fallidos.
He visto y participado en los intentos más serios para el saneamiento del Ozama en los gobiernos del Dr. Balaguer, comenzando por la creación del Cinturón Verde, que contempla la salvaguarda de todas fuentes de agua que llegan o pasan por la capital dominicana.
Los gobiernos del Dr. Leonel Fernández e Hipólito Mejía le dieron seguimiento al RESURE hasta su muerte. Ahora con Danilo Medina se comienza con el traslado de La Barquita, cuyo éxito está condicionado a la barrera física que se coloque para que no se vuelvan a invadir los terrenos liberados del “drama humano”.
Por ELEUTERIO MARTÍNEZ
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