P. Profesor, Naciones Unidas está preocupada por la crisis del agua que se le avecina a la humanidad, para el 2040 casi la mitad de la población mundial tendrá dificultad para disponer de agua potable, ¿podría decirnos con cuáles reservas potenciales cuenta la capital dominicana, donde se concentra la mayor población del país, para hacerle frente a la crisis global del agua, que a lo mejor nos tocará muy de cerca?.
R. La preocupación por el agua siempre estará como punto de agenda en todos los foros internacionales de los organismos de Naciones Unidas, no solo por la sed o el abastecimiento para consumo humano, para la producción de alimentos, mover la industria o impulsar el desarrollo armónico de las ciudades en expansión en todo el orbe, sino por ser causa de la mayoría de las enfermedades y causa primaria de muertes infantiles.
Nosotros nos dormimos en los laureles porque nuestro problema de agua no es de escasés, sino de desperdicio, un mal que tiene remedio, aunque la medicina resulte tan cara que por falta de recursos el paciente pueda quedar en estado de shock en cualquier momento. La capital dominicana recibe suficiente líquido para abastecer sus necesidades primarias, pero por deterioro del sistema de distribución, se pierde el 50% del agua servida.
Cualquiera pensaría que corrigiendo las fallas podríamos resolver el problema, como se ha estado haciendo; pero hay que avanzar mucho más allá. Hay que establecer un plan estratégico para el abastecimiento de agua del Gran Santo Domingo. El acueducto Valdesia – Santo Domingo, el sistema múltiple de abastecimiento de la cuenca Haina y Barrera de Salinidad, sumado a los deteriorados pozos y de lo poquito que aporta el Isabela, todos con signos de agotamiento y de aproximarse a su máxima capacidad, tenemos que identificar las fuentes potenciales con que cuenta esta urbe.
Siempre hemos sostenido que la cuenca natural de Santo Domingo, es la de su gran río, el Ozama y sus afluentes principales, todavía aprovechado muy marginalmente, aunque se alega que sus aguas no son de la mejor calidad, como resultan las del Haina, que actualmente es la más aprovechada, cubriendo más del 60% de la demanda actual. Nuestra sugerencia es pensar en la protección de la Loma de Los Siete Picos, que alimenta tanto al Haina, como al Ozama y sus tributarios Guanuma, Higüero e Isabela.
Por ELEUTERIO MARTÍNEZ
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