Por ELEUTERIO MARTÍNEZ
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P. Profesor, según la Convención sobre Diversidad Biológica, se necesita crear más áreas protegidas para salvar las especies más valiosas de plantas y animales del planeta. En tal sentido, ¿cómo anda el país en materia de conservación de su patrimonio vivo?
R. Es así, el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020: “Viviendo en armonía con la naturaleza”, tiene como meta la conservación de un 17% de la superficie terrestre en las regiones de mayor biodiversidad planetaria, de la cual ya se tiene protegido un 13%.
El mes pasado, un grupo de investigadores estadounidenses determinó que “las islas del Caribe, Costa Rica, Ecuador y Panamá son parte de las zonas más biodiversas del planeta” y que resultan clave o fundamentales para cumplir la meta de la Convención sobre Diversidad Biológica, para elevar del 13% actual al 17% los espacios protegidos del planeta.
Cuando se habla de las islas del Caribe, necesariamente se están refiriendo a la Hispaniola, y en particular, a la República Dominicana, en vista de que el nivel de degradación que ha sufrido Haití de sus recursos vivos, ha creado las condiciones para que solamente en la parte oriental de esta isla queden espacios naturales en condiciones de atesorar las riquezas biológicas más importantes que aún sobreviven y por lo tanto, en condiciones de ser protegidos.
De ahí la importancia de los esfuerzos que el Estado Dominicano ha realizado en las dos últimas décadas para conservar sus riquezas biológicas, muy especialmente durante los años 1996 y 2009, en los cuales se creó el 75% de todas las áreas protegidas existentes en el país. De ahí que los nuevos espacios que se seleccionen para completar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, deben ser sumamente valiosos y estratégicos para la salvaguarda de la biodiversidad de la isla.
Tal es el caso de Loma Miranda, donde no solo se protegen especies y géneros de plantas y animales endémicos y nativos sumamente valiosos, sino, familias botánicas, donde en reducido espacio que apenas rebasa los 20 kilómetros cuadrados, se concentra la mitad de las familias de plantas que tiene toda la isla de la Hispaniola, que tiene más de 75,000 km2.
Sin dudas, la República Dominicana ha dado pasos gigantescos en la conservación de su patrimonio vivo, tanto en el ámbito terrestre, como en los espacios costeros y marinos, pero todavía hay tesoros biológicos por descubrir y cuidar.
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