Acción Verde | El Portal Ambiental de la República Dominicana Todo lo relativo al Medio Ambiente y Recursos Naturales con énfasis Cambio Climático y Areas Protegidas
P. Profesor,¿es cierto que la Playa de Boca Chica es un área protegida abandonada?, ¿será que a nadie le duele el estado de deterioro y descuido que rodea su entorno?
R. No hay dudas de que Boca Chica es una de las mejores playas del país, con una extraordinaria capacidad de carga o de recibir visitantes y paisajes realmente impresionantes. Sin embargo, su extraordinaria belleza contrasta con la realidad de su entorno y los niveles de protección que recibe.
Aun siendo la playa natural de la capital dominicana, con todas las facilidades de acceso y la única que permite la convivencia entre turistas criollos y extranjeros sin restricciones, luce totalmente abandonada, descuidado su entorno y en franco proceso de deterioro.
En 1996 fue declarada como área protegida con una categoría de manejo muy lasa y que permitía su pleno aprovechamiento, pero con un tutelaje oficial y un manejo técnico especializado. Fue ubicada en la Categoría V de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN): Paisaje (marino – costero) Protegido, bajo la denominación “Área Nacional de Recreo”.
Pero por alguna razón extraña o desconocida, a alguien no le agradó, estimó que Boca Chica no tenía los méritos suficientes como para que se le dedicara una atención especializada en materia de ordenamiento y gestión ambiental, y la excluyeron con la Ley sobre Áreas Protegidas de la República Dominicana, no obstante, estando protegida como tal en la Ley Madre o Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, mejor conocida como Ley N° 64 – 00.
Tanto la Academia de Ciencias de la República Dominicana, a través de su Comisión de Ciencias Naturales, como la Universidad Autónoma de Santo Domingo, vía su Comisión Ambiental; han conducido múltiples eventos científicos y jornadas técnicas de trabajo in situ, ocupándose de la problemática de la contaminación, la falta de ordenamiento y sus posibles soluciones; pero es muy poco lo que en la práctica se ha conseguido para devolverle el esplendor natural de esta inmensa playa de arenas blancas y aguas tranquilas.
Ahora que el ayuntamiento local, ni los ministerios de Turismo y Medio Ambiente se sienten obligados ni convocados para ir en auxilio de este patrimonio natural tan valioso para la capital, Boca Chica y el turismo internacional; surge la necesidad de que alguna instancia oficial o civil se ocupe de su aseo, cuidado y rescate.
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