El Ártico está condenado y el calentamiento global es su verdugo. El gran bloque de hielo de nuestro planeta se derrite, pero el aumento de la temperatura también sentencia a las capas de hielo de Groenlandia, de Alaska o del Himalaya. La principal consecuencia es más que conocida: el aumento del nivel del mar. Pero no en todas las ciudades costeras el aumento será por igual, por eso un equipo de científicos de la NASA ha desarrollado una herramienta para pronosticar cuánta costa se comerá el deshielo durante los próximos 100 años.
La herramienta «proporciona, para cada ciudad, una imagen de qué glaciares, capas de hielo y casquetes polares tienen importancia o cómo afectará en su futuro» el aumento del nivel del mar, explica el científico principal de Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, Erik Ivins, en un artículo recientemente publicado en la revista ‘Science Advances‘.
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Es decir, el programa monitoriza cómo afectaría, por ejemplo, el deshielo en los Andes a Santiago de Chile o de las capas del hielo de Groenlandia a Oporto o Marsella. Este método es el único recurso, hasta el momento, que combina lugares específicos de fusión del hielo con sus efectos en las principales ciudades costeras del planeta.
Con este pronóstico, las ciudades pueden prevenir y saber por qué capas «deberían preocuparse más» conforme avance el deshielo a causa del cambio climático. La herramienta sugiere, por ejemplo, que en el caso de Barcelona, son los cambios en las capas de hielo de Groenlandia los que aumentarían el nivel del Mediterráneo en su costa.
Según el estudio publicado, cuando las capas de hielo se derriten, el agua no se distribuye de igual manera entre los océanos y las zonas costeras de planeta y, por tanto, el nivel del mar no aumenta de manera proporcional, sino que son varios los factores que actúan en esta redistribución.
La herramienta desarrollada por los científicos de la NASA analiza cómo afectan la rotación y gravedad de la Tierra para predecir cómo se redistribuirá el agua que provenga del deshielo. De esta manera, los científicos tratan de hacer una advertencia para que ciudades y países puedan adelantarse a los efectos y «mitigar las inundaciones. Tienen que pensar en 100 años desde hoy si quieren evaluar los posibles riesgos».
Gravedad, masa y rotación
Según los investigadores, son tres los procesos clave que influyen en la «huella del nivel del mar» o patrón por el que cambia el nivel del mar. El primero de ellos es la gravedad: «Estas [capas de hielo] son masas enormes que ejercen una atracción sobre el océano. Cuando el hielo se encoge, la atracción disminuye y el mar se aleja de esa masa», explica el investigador. Es decir, es más seguro vivir cerca de un gran cuerpo de hielo porque verán una disminución del nivel de mar al haber perdido masa.
El segundo radica en que el suelo que hay bajo la capa de hielo que se derrite se «expande de manera vertical». Y, por último, «a medida que el planeta gira y cambian las masas en su superficie, también se modifica. Y eso, a su vez, redistribuye el agua alrededor de la Tierra«, añade.
El científico explica que cuando se tienen en cuenta todos estos factores, «se puede calcular la sensibilidad exacta que tiene una ciudad al aumento del nivel del mar respecto a la masa de un bloque de hielo». Y, por tanto, con esta herramienta se pueden ofrecer de manera rápida «resultados de alta resolución» sobre las consecuencias que el calentamiento global tendrá en una ciudad si el ser humano no lo remedia.
El Confidencial