Un nuevo estudio demuestra que el hemisferio sur se ha secado más que el norte en las dos últimas décadas (2001-2020).
Los autores sugieren que la causa principal es el fenómeno meteorológico conocido como El Niño, que se produce cada pocos años cuando el agua del océano en el Pacífico oriental es más cálida de lo habitual.
Las conclusiones se basan en datos satelitales y mediciones de caudales de ríos y arroyos, que permitieron a los autores modelizar y calcular los cambios en la disponibilidad de agua. Aunque el hemisferio sur solo tiene una cuarta parte de la superficie terrestre mundial (excluida la Antártida), parece tener un efecto sustancialmente mayor en la disponibilidad mundial de agua que el hemisferio norte.
Que el agua es la clave de la vida en la Tierra es un hecho bien sabido. Pero es menos conocido que solo alrededor del 1% de toda el agua del planeta es agua dulce disponible para los seres humanos, las plantas o los animales terrestres. El resto se encuentra en los océanos o encerrada en capas de hielo polar y rocas. En un mundo con cambios climáticos, la distribución global de ese 1% adquiere una importancia totalmente nueva.
El nuevo análisis revela una fuerte disminución de la disponibilidad de agua en Sudamérica, la mayor parte de África y el centro y noroeste de Australia. Sin embargo, algunas regiones como el sur de Sudamérica dispondrán de más agua.
Lo que ocurre en el sur afecta también al norte
América del Sur tiene la selva amazónica, que es un regulador clave del clima, así como un hábitat de importancia mundial para las especies y el hogar de muchas comunidades indígenas. La desecación de la selva tropical reduciría la vegetación y aumentaría el riesgo de incendios.
Esto sería una mala noticia para los seres humanos y los animales que viven en la selva, que tienen el potencial de liberar miles de millones de toneladas de carbono actualmente atrapado en la vegetación y los suelos forestales.
Sudamérica también es un importante exportador agrícola de soya, azúcar, carne, café y frutas para el mercado mundial. Los cambios en la disponibilidad de agua aumentarán la presión sobre los sistemas alimentarios en todo el mundo.
La sequía en la mayor parte de África es también un verdadero desafío. Este enorme continente tiene muchas zonas climáticas y contrastes socioeconómicos, con recursos a menudo limitados para mitigarlos y adaptarse.
Las presiones sobre los sistemas alimentarios y los hábitats crearán tensiones adicionales en todo el continente, que ya está sufriendo las subidas de los precios mundiales de los alimentos relacionadas con la inflación y la crisis de Ucrania.
Como ocurre con muchos aspectos del clima, la naturaleza y la escala exacta de los cambios e impactos son difíciles de predecir o modelizar a escala local o regional. Pero este nuevo documento apunta a claros cambios en los patrones y complejos procesos climáticos en el hemisferio sur que reducirán la disponibilidad de agua durante los fenómenos de El Niño.
La sequía generará tensiones adicionales en los ecosistemas y las especies de regiones clave. También afectará a poblaciones humanas con distintas capacidades de adaptación y, en última instancia, a los sistemas alimentarios mundiales. Aunque el hemisferio sur es mayoritariamente agua, lo que allí ocurre realmente importa en todo el planeta.