La minera Barrick Pueblo Viejo realizó este miércoles el monitoreo ambiental participativo número 38, en compañía de residentes de varias localidades de Cotuí y Monte Plata, así como de personal del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) contratado por la empresa como un tercero independiente.
Del monitoreo, que implica la toma de muestras y mediciones en aire, agua y ruido, participaron alrededor de dos docenas de comunitarios que, además de acompañar en el proceso, expresaron su sentir en torno a las actividades mineras que allí se realizan.
Las preocupaciones por la contaminación ambiental de la empresa que desarrolla sus actividades en Cotuí, provincia Sánchez Ramírez, fueron el tema central de los asistentes a la jornada que se inició como una charla y presentación de los resultados de monitoreos anteriores.
Continuó con un recorrido para tomar muestras de agua en el río Margajita, medir el ruido en una de las zonas de incidencia más próxima a la comunidad, y una tercera parada en el río Majagual, que no pudo ser muestreado debido a la copiosa lluvia que se precipitó sobre esa zona desde el mediodía.
Para la mayoría de los asistentes que se expresó dentro de la actividad, el recorrido les sirvió para confirmarle que la empresa no contamina, aunque en particular algunos comentarios fueron distintos.
Alejandro Jorge, el más presto a preguntar a los técnicos de Barrick sobre el impacto de sus actividades, es alcalde pedáneo y presidente de la junta de vecinos de la comunidad Las Lagunas, una de varias que hacen frontera con el área de operación de la minera. Se queja de que, desde la empresa, les presentan protocolos de cumplimiento que parecen perfectos, pero en la práctica el accionar es distinto.
“Veo que como comunitarios que estamos más cerca, tenemos carencia de agua de consumo, mucha contaminación por la presa de cola. Eso (la comunidad) se invade de polvo y ellos a veces limpian pero otras veces no”.
El hombre, vicepresidente del comité de desarrollo comunitario creado por Barrick en su comunidad, también se queja de que las operaciones de la empresa son día y noche y el ruido de sus vehículos no deja dormir bien a personas de edad avanzada como él.
Pero su principal inconformidad es el agua, pues, cuenta que pasaron de tener un río que les abastecía, a tener que depender de los camiones de agua que compran a 100 pesos el tanque, para uso en la casa. La de tomar también deben comprarla o esperar por los botellones que les reparte la Gobernación con cierta periodicidad.
Victoriano Sánchez, residente en el paraje Majagua, en cambio, defiende las actividades de la minera, pues dice que quienes se oponen es porque quieren buscarse algún dinero.
Reconoce que en su comunidad, que dice está bordeada por dos ríos, la gente tiene agua que extrae del subsuelo a través de pozos o de botellones que compran, y que, sin bien hay polvo por el trajinar de las máquinas de la minera, ésta se mantiene constantemente mojando la calle.
Otro que está convencido de que es mentira todo lo que se dice sobre la contaminación de Barrick es Jeison Montaño, quien se ha trasladado ya en tres ocasiones desde Monte Plata hasta la mina para participar en alguna de las actividades comunitarias.
Dice que lo que se comenta en Peralvillo, donde la minera tiene interés en construir una nueva presa de cola, en la comunidad de Cuance, es todo “mentiras y teorías místicas” que se deben desmontar con una buena comunicación.
Esa comunicación –dice– no debe ser solo para la televisión, sino que la empresa tiene que enfocarse en apoyar las redes sociales, y se pone como ejemplo. Comenta que tiene una página de Facebook con la que ha logrado ofrecer muchas informaciones sobre la empresa y con las que ha logrado desmontar algunas de las mentiras que refiere.
Quien le acompaña en la mesa se autodefine como pro Barrick y comparte algunas anécdotas de cómo ha tenido que “bravear” para poder participar en otras actividades comunitarias a las que la empresa le ha invitado.
“Que verifiquen con sus propios ojos que el trabajo que se hace es un trabajo serio, que se hace con los órganos acreditados” Mauricio Quiroz Gerente de Medio Ambiente de Barrick