Sídney (Australia), 22 mar (EFE).- El barco Rainbow Warrior de la organización Greenpeace se encuentra hoy en la ciudad de Sídney antes de iniciar su campaña en la Gran Barrera de Coral para alertar de los peligros de la expansión de la industria del carbón.
La alcaldesa de Sídney, Clover Moore, dio la bienvenida a este emblemático barco que estará abierto al público el próximo domingo y lunes para concienciar a la población sobre la importancia de la Gran Barrera de Coral, en el nordeste australiano.
Según Greenpeace, este arrecife de corales, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1981, sufre la degradación debido al calentamiento del mar por los gases invernadero y la situación empeorará con el mayor tránsito de barcos desde las nuevas explotaciones de carbón previstas en Australia.
El capitán del Rainbow Warrior, Peter Willcox, explicó que, a diferencia de su antecesor, este barco ha sido diseñado desde el principio para que sea más ecológico y se ajuste a las necesidades de Greenpeace.
«Las velas del Rainbow Warrior son tan poderosas que podemos navegar casi tan rápido como muchos barcos industriales. Su mástil de 54 metros de altura no pasa por debajo del Puente Metálico de Sídney», explicó el capitán en un comunicado de Greenpeace.
Willcox estuvo presente cuando el primer Rainbow Warrior fue saboteado por los servicios secretos franceses en la bahía neozelandesa de Auckland en 1985 en respuesta a la campaña de Greenpeace contra los ensayos nucleares en el Pacífico.
En febrero pasado, Australia reforzó las medidas para proteger la Gran Barrera de Coral con el fin de evitar que este icónico lugar sea retirado de la lista de Patrimonio de la Humanidad, después de que la Unesco advirtiera que la minería amenaza a este emblemático lugar.
La salud de la Gran Barrera, que alberga 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos, comenzó a deteriorarse en la década de 1990 por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera. EFE
Vía: Acento