WASHINGTON. Un nuevo estudio publicado hoy en la revista Science sugiere que el aumento de las temperaturas en la Tierra durante los próximos años será incluso peor de lo esperado, ya que, según los investigadores, hasta ahora no se ha tenido suficientemente en cuenta el papel clave que juegan las nubes.
El estudio, llevado a cabo conjuntamente por dos investigadores de la Universidad de Yale (EE.UU.) y uno de un laboratorio californiano, parte de la premisa de que la mayoría de modelos que tratan de predecir el aumento de las temperaturas inducido por la actividad humana “han subestimado las importantes contribuciones de las nubes”.
“Los modelos de clima global que tratan de predecir los aumentos medios de temperatura deben conocer cómo la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera afecta a las temperaturas atmosféricas, ya que cuanto mayor sea esta, el calentamiento causado por el dióxido de carbono será también mayor”, apuntó el estudio.
Para tratar de ajustar mejor sus predicciones, los investigadores Ivy Tan y Trude Storelvmo (Yale) y Mark D. Zelinka (Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California) recurrieron a datos de la NASA muy específicos sobre las nubes y su composición química.
Teniendo en cuenta estos nuevos datos, su modelo determinó que la “sensitividad de equilibrio climático”, que relaciona la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera con su efecto sobre las temperaturas atmosféricas, es de entre 5 y 5,3 grados centígrados.
Estudios anteriores que no contemplaban el papel que juegan las nubes y su composición química situaban la “sensitividad de equilibrio climático” entre 2 y 4,6 grados centígrados.
El año pasado se cerró con la aprobación en París de un acuerdo histórico y ambicioso contra el cambio climático, en el que 195 países y la Unión Europea (UE) se comprometieron a avanzar juntos hacia una economía baja en carbono.
El primer pacto universal contra el calentamiento, que ha costado dos décadas de cumbres del clima y celebró su recta final entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre en la capital francesa, aspira a limitar por debajo de los 2 grados el aumento de la temperatura media a finales de siglo respecto a los valores preindustriales.