Vía: Diario Libre
Es difícil creer que se respetará la riqueza natural de la Bahía de las Águilas. Sencillamente, no se ha hecho en ningún otro polo turístico, por lo que las probabilidades de que Pedernales sea la excepción, son remotas.
Todo ha empezado mal. Durante dos meses, el Gobierno transó en secreto con los «propietarios» de terrenos con los que se mantenía en litis desde hace más de 15 años. Gran error, esas cosas no se ocultan. Y no ayuda que el ministro de Turismo revele que ya hay un inversionista americano que tiene «1,100 millones de dólares reservados para ser invertidos en la zona». Obviamente este desconocido multimillonario tenía información que los dominicanos no manejaban.
Los que robaron tierras en 1995 son hoy felices «propietarios» de zonas recalificadas por las que se pagarán millones de dólares. (Hay ladrones con suerte… en vez de acabar en la cárcel terminan con un resort.)
Pero si el entramado de irregularidades es infumable, los aspectos medioambientales son de echarse a temblar.
Las autoridades no han podido (ni querido) controlar la arrabalización de los enclaves turísticos ni la ilegal, pero real privatización de las playas… No han protegido ni los ríos, ni los arrecifes ni los manglares, ¿por qué podrían ahora, aquí? ¡Pero si no pueden limpiar como es debido ni la Zona Colonial, el «polo turístico» de la capital!
Los ciudadanos merecen saber quiénes son los «propietarios», quién y qué se propone construir. Y después, que se les escuche.
IAizpun@diariolibre.com