Millones de personas de todo el mundo dependen de los ecosistemas costeros, pero la mayoría de ellos serán vulnerables a quedar sumergidos debido a la rápida subida del nivel del mar si el calentamiento global supera en 2 °C los niveles preindustriales. Así lo indica un estudio publicado en Nature, liderado por la Universidad Macquarie (Australia).
Hasta ahora no estaba claro en qué medida este aumento del nivel del mar incrementaba su vulnerabilidad y qué umbrales no se deben sobrepasar. Para evaluarlo, los autores recopilaron datos sobre el Último Máximo Glacial, hace 19.000 años, y otros más contemporáneos de diferentes ecosistemas costeros. Los paleoregistros incluían el ahogamiento de marismas y la formación de manglares; los actuales, registros sobre el terreno en una red mundial de puntos de referencia que incluye 477 estaciones de marismas mareales y 190 de manglares. El trabajo también incluye los cambios de tamaño de 872 islas de arrecifes de coral.
“En la actualidad, los extensos manglares y marismas mareales de las costas del mundo actúan como línea de protección frente a las olas de las tormentas. El retroceso y estrechamiento de estos hábitats expondrá más zonas a la erosión, por lo que la inestabilidad de las costas actualmente protegidas sería una de las consecuencias”, explica a SINC Neil Saintilan, científico de la Universidad Macquarie y autor principal de la investigación.
“Otra contribución importante de estos humedales es el apoyo a la pesca –añade–. Es probable que la fragmentación y pérdida de estos ecosistemas tenga algún impacto en la pesca salvaje”.
El estudio tuvo en cuenta el aumento del nivel del mar previsto en varios escenarios. Estas subidas oscilaban entre 4 mm y más de 10 mm al año. Con 2,0 °C, los investigadores han calculado que se podría duplicar la superficie de marismas mareales expuestas a una subida del nivel del mar de 4 mm anuales de 2080 a 2100.
Si el calentamiento llegase a 3,0 °C, casi todos los manglares e islas de arrecifes de coral del mundo y el 40 % de las marismas mareales cartografiadas estarán expuestos a una subida de más de 7 mm al año.
Por esta razón, lo más probable es que los arrecifes de coral se desestabilicen debido al aumento de la erosión costera y el desbordamiento de las olas, y que las marismas y los manglares se ahoguen.
“Hay varios grupos de islas importantes asociados a arrecifes de coral. Entre ellos se encuentran las Islas Salomón, Tuvalu, Kiribati, Micronesia, la Polinesia Francesa y las Maldivas”, apunta Saintilan.
“Algunas están ya desapareciendo en aquellas partes del mundo donde el aumento del nivel del mar es elevado. En el grupo de las Islas Salomón, los movimientos tectónicos han provocado una subida del nivel del mar bastante rápida en las últimas décadas, y se han perdido varias. Con 2,0 °C de aumento de la temperatura, una proporción mucho mayor de islas de coral están expuestas a estas tasas”, enfatiza.
¿Cómo debemos actuar?
Los resultados demuestran que los umbrales de un espacio operativo poco seguro para los ecosistemas costeros están cada vez más cerca y vendrán determinados por las futuras trayectorias de emisiones.
“En el caso de las marismas mareales y los manglares, construyen sistemas de raíces que expanden la marisma hacia arriba. Los arrecifes de coral también pueden crecer verticalmente y seguir protegiendo las islas de coral del ataque de las olas. Existen otros hábitats costeros (plataformas rocosas o playas), pero éstos no tienen un proceso biológico de ajuste a la subida del nivel del mar. El hecho de que los hábitats elegidos puedan ajustarse ha suscitado un debate sobre los límites superiores de esta respuesta”, asegura el científico.
El trabajo destaca la importancia de mitigar los factores de estrés ambiental locales, como la contaminación de los arrecifes de coral, y la necesidad de restaurar los humedales desbrozados y degradados para aumentar la resiliencia frente al cambio climático y la recesión costera.
“Lamentablemente, en algunos lugares la población ya está abandonando los pequeños estados insulares debido a los efectos del cambio climático, sobre todo por la salinización del agua potable. En algunas partes del planeta es posible blindar la costa (muros duros para proteger la propiedad), pero a menudo pueden empeorar el problema, aumentando la erosión en otras zonas”.
Los autores también proponen cumplir los objetivos del Acuerdo de París de emisiones netas nulas para mediados de siglo como medio más eficaz de minimizar la alteración de estos importantes ecosistemas.
“Algo fundamental que hay que hacer también es asegurarse de que no estamos provocando que la tierra se hunda más rápidamente al extraer agua potable, lo que contribuye a la rápida subida del nivel del mar en muchos países del sudeste asiático”, concluye el experto.
Referencia:
Neil Saintilan et al. “Widespread retreat of coastal habitat is likely at warming levels above 1.5 °C”, Nature.